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CSRD y la Doble Materialidad: Qué Es y Por Qué Importa

Updated on
July 29, 2025

CSRD doble materialidad no es un término más de sostenibilidad.
Es una obligación que ya está en marcha y afecta directamente a tu forma de reportar.

Hablamos de mirar en dos direcciones:
cómo te impactan los riesgos ESG y cómo impactas tú al entorno.

Ambas cuentan. Y ambas hay que reportarlas.

¿Podemos relajarnos? No del todo.
Si operas en Europa, o trabajas con empresas que sí, te toca cumplir.

Cuanto antes lo entiendas y lo integres,
más preparado estarás para no quedarte atrás.

A partir de aquí, te explicamos cómo funciona este enfoque, por qué es clave para tu estrategia y qué necesitas hacer desde ya.

Qué es la CSRD y por qué deberías prestarle atención

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La CSRD no es solo otra normativa europea.
Es el nuevo estándar para reportar sostenibilidad en las empresas.

No se trata de hacer informes más bonitos, sino de explicar con datos concretos cómo te afecta el mundo… y cómo lo estás afectando tú.

Esto cambia las reglas del juego.
Especialmente si hasta ahora solo reportabas lo justo para cumplir.

El principio de doble materialidad explicado sin tecnicismos

1. Materialidad financiera vs. materialidad de impacto

Hasta ahora, solo hablábamos de materialidad financiera: qué temas ambientales, sociales o de gobernanza afectan al negocio.

Ahora entra en juego otra dimensión: cómo impacta la empresa al entorno en esos mismos temas.

Ambas son igual de importantes.
Y sí, hay que reportarlas las dos.

2. Cómo interactúan ambas visiones en el informe de sostenibilidad

El informe de sostenibilidad ya no puede ir por libre.
Tiene que cruzar datos financieros con datos ESG.

Eso implica integrar lo que pasa fuera (con el entorno, los grupos de interés, la cadena de valor) con lo que pasa dentro (riesgos, rentabilidad, decisiones estratégicas).

Si no contamos todo el contexto, el informe se queda cojo.

Si quieres ver resultados reales, agenda una demostración.

El impacto directo de la doble materialidad en tu empresa

1. Cambia la forma de recopilar datos ESG

Ya no sirve tener los datos sueltos en excels o emails.
Necesitamos estructurar la información ESG de forma que sea útil para múltiples reportes.

Desde emisiones hasta indicadores sociales o gobernanza: todo debe estar conectado.

2. Requiere colaboración entre equipos

Este enfoque no se puede resolver desde un solo departamento.
Legal, sostenibilidad, finanzas, operaciones… todos tienen que alinear datos y criterios.

¿El reto? Que hablen el mismo idioma y entiendan que esto es estratégico, no solo un requisito más.

3. Multiplica los casos de uso: desde la CSRD hasta otras normativas

Una vez tienes bien organizada tu información ESG, no solo cumples con la CSRD.

También puedes usarla para Taxonomía, ESRS, ISOs, SBTi o EINF.
Lo que antes eran informes aislados, ahora se vuelve una red de datos conectados.

Y si lo haces bien, puedes ahorrar tiempo, dinero y dolores de cabeza.

Cómo aterrizar la doble materialidad en tu día a día sin complicarte la vida

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La doble materialidad suena a concepto complejo, pero no tiene por qué serlo.

La clave está en aterrizarla a tu realidad de negocio sin caer en burocracias innecesarias.

No empieces desde cero: aprovecha lo que ya tienes

Seguramente ya estás recopilando datos ESG para otras normativas o reportes.

Úsalos como base. No hace falta reinventar nada: lo que vale para EINF o ISOs, también vale para CSRD si lo estructuras bien.

¿Tienes encuestas internas? ¿Auditorías de proveedores? ¿Indicadores de sostenibilidad?
Todo eso puede alimentar tu análisis. Solo necesitas conectarlo bien.

Céntrate en lo relevante, no en lo que suena bien

No pongas en el centro un tema solo porque está de moda.

Si en tu empresa el mayor impacto está en la cadena de suministro o en las emisiones logísticas, ahí debe ir el foco, aunque no sea lo más trending.

Doble materialidad no es una checklist. Es una herramienta para priorizar con cabeza.

El mapa de materialidad no se hace una vez y ya

El contexto cambia. Las prioridades cambian. Tu negocio cambia.

Por eso, actualiza tu análisis al menos una vez al año, o antes si hay cambios importantes: una nueva regulación, un escándalo en la cadena, una crisis reputacional…

No dejes que tu informe se vuelva obsoleto antes de salir.

Te guiamos paso a paso: agenda una demostración.

Qué hace sólido un análisis de doble materialidad (y qué no)

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Muchas empresas están publicando mapas de materialidad… que no dicen nada.

¿Quieres hacerlo bien de verdad? Aquí te dejamos los elementos que no pueden faltar si quieres que tu análisis aguante de verdad.

Identificación clara de stakeholders

No vale con decir “hemos consultado a los grupos de interés”.

¿A quién consultaste? ¿Cómo? ¿Qué dijeron? Eso tiene que quedar claro y documentado.

Y no te limites a los de siempre. Involucra también a quienes suelen quedar fuera: comunidades locales, proveedores pequeños, sindicatos, ONG relevantes.

Priorización con lógica, no con pizarra bonita

Los mapas de doble materialidad están llenos de puntitos de colores. Pero si no explicas por qué esos temas son los más relevantes, no sirve de nada.

Define bien tus criterios: impacto potencial, urgencia, alcance geográfico, presión normativa… lo que sea, pero que tenga lógica.

Y sí, mejor si lo puedes mostrar con una matriz donde el eje X sea impacto en el negocio y el Y, impacto en el entorno.

Conexión directa con la estrategia del negocio

Tu mapa de materialidad no puede ir por un lado y tu estrategia por otro.

Si un tema es material, tiene que estar presente en tus objetivos, políticas o indicadores clave.

¿Dices que el cambio climático es crítico? Entonces muestra cómo lo estás integrando en decisiones reales: proveedores, productos, inversiones, etc.

De la teoría a la acción: cómo usar la doble materialidad para ganar ventaja competitiva

Aplicar bien este enfoque no es solo para cumplir. Es una palanca real para diferenciarte en un mercado cada vez más exigente.

Toma decisiones con datos, no con suposiciones

La doble materialidad te da un mapa claro de dónde actuar.
¿Tienes riesgos climáticos fuertes? Adapta tu operación.
¿Impactas en biodiversidad? Cambia tu logística o tus materias primas.

Menos discurso. Más acción. Eso es lo que marca la diferencia.

Refuerza tu propuesta frente a clientes, inversores y reguladores

Cuando tienes datos reales, puedes mostrar tu compromiso sin postureos.

Y eso se nota. Te abre puertas a contratos con grandes clientes, mejora tu acceso a financiación sostenible y te posiciona mejor en licitaciones o evaluaciones ESG.

Los que solo “cumplen” están cada vez más fuera del juego.

Ahorra tiempo y dolores de cabeza con la estructura adecuada

Tener tu información ESG ordenada y conectada te ahorra trabajo.
Porque no estás empezando de cero cada vez que llega una normativa nueva.

Todo lo que haces para la CSRD te sirve también para SBTi, Taxonomía, EINF, ISOs…
Una sola estructura, múltiples usos. Esa es la eficiencia que hoy necesitas.

3 Ventajas competitivas de aplicar correctamente la doble materialidad

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1. Mejora la toma de decisiones estratégicas

Cuando cruzamos datos financieros con indicadores ESG, dejamos de volar a ciegas.

La doble materialidad nos ayuda a ver qué decisiones tienen impacto real y dónde están los puntos críticos.

2. Te permite anticiparte a riesgos (y oportunidades)

No se trata solo de apagar fuegos.
Con este enfoque podemos prever riesgos antes de que estallen
y detectar oportunidades que otros aún no ven.

¿Un proveedor clave con mala gestión ambiental?
¿Un cambio normativo que puede afectar tus operaciones?

Muchos de estos riesgos están relacionados con el medioambiente, y requieren una evaluación integral para anticiparse de forma efectiva

3. Refuerza tu posición frente a inversores, clientes y reguladores

Cada vez más actores del mercado exigen datos ESG claros y comparables.
Quien no los tiene, simplemente pierde relevancia.

Aplicar bien la doble materialidad demuestra que sabes lo que haces y que no estás improvisando.

No medir es quedarse atrás: los riesgos de ignorar la doble materialidad

1. Pérdida de competitividad

Si no sabes cómo estás impactando ni cómo te impactan, vas tarde respecto a tu competencia.

Y cuando quieran entrar a nuevos mercados o licitaciones, otros van a tener ventaja simplemente por tener los datos listos.

2. Riesgos legales y reputacionales

La CSRD y otras normativas ya no son opcionales.

Ignorarlas te expone a sanciones y crisis de reputación que podrías haber evitado con información ordenada y accesible.

3. Ineficiencia en la gestión de sostenibilidad

Trabajar sin visibilidad es malgastar tiempo, dinero y recursos.
Medir mal o no medir multiplica los esfuerzos y resta efectividad a cualquier estrategia de sostenibilidad que pongas en marcha.

¿Te conviene seguir así?
O mejor dicho: ¿te lo puedes permitir?

Nuestro equipo está listo para ayudarte, agenda una demostración.

Nuestra visión como expertos en ESG y reporting

Lo que hemos aprendido trabajando con cientos de empresas

Después de ver cómo lo están haciendo empresas de todo tipo, queda claro que quien mide bien, decide mejor.

El error más común: tratar la sostenibilidad como un informe anual.
Y no como lo que realmente es: una palanca estratégica.

Recomendaciones clave para implementar la doble materialidad de forma efectiva

Primero, pon en orden tu información ESG.
Si los datos no están claros ni conectados, no vas a llegar lejos.

Después, alinea a los equipos clave.
Sostenibilidad, legal y finanzas tienen que remar juntos.

Esto es aún más crucial cuando se busca impulsar iniciativas como la automatización de procesos, que requieren coordinación interdepartamental para optimizar tanto la eficiencia como la trazabilidad de los datos ESG.

Y sobre todo, evita hacer todo esto desde cero cada año.
Automatizar y centralizar datos no es opcional, es eficiencia pura.

Anticípate a lo que viene: la doble materialidad como ventaja, no como carga

Cumplir con la CSRD no es solo una obligación. Es una oportunidad para dejar de reaccionar y empezar a tomar el control.

La diferencia entre cumplir a tiempo o llegar tarde está en cómo entiendes esta normativa hoy.

Cada nuevo cambio regulatorio, como los estándares ESRS o la Taxonomía Verde, tiene algo en común: exige transparencia, trazabilidad y visión a largo plazo. 

Si ya estás aplicando la lógica de doble materialidad, te estás preparando para todo lo que viene sin tener que rehacer tu sistema cada año.

Además, este enfoque te permite anticiparte a lo que aún no es obligatorio pero pronto lo será:

  • Puedes adaptar tus sistemas de medición y reporte con tiempo, sin parches ni prisas.

  • Puedes identificar puntos débiles antes de que lo haga una auditoría externa.

  • Y puedes usar esa ventaja para negociar mejores condiciones con inversores, partners y clientes estratégicos.

El objetivo ya no es cumplir. Es estar preparado. Y con doble materialidad bien aplicada, vas dos pasos por delante del resto.

¿Tu equipo no colabora? Cambia el enfoque, no el personal

Empieza por entender los incentivos reales

Cuando un equipo no colabora, lo fácil es pensar que el problema es de actitud o compromiso. Pero en la mayoría de los casos, el problema es estructural: cada área tiene sus prioridades, su lenguaje y sus tiempos.

Finanzas quiere previsibilidad, legal necesita evitar riesgos, operaciones busca eficiencia, sostenibilidad pide datos. Todos tienen razón, pero si no se entienden entre sí, el trabajo no avanza.

La solución no es cambiar a las personas. Es cambiar la forma de integrar el tema.

Conecta los temas ESG con lo que le importa a cada área

No podemos pedir colaboración sin explicar por qué este tema les afecta directamente. Si el análisis de doble materialidad se presenta como un proyecto externo o un trámite, es normal que se vea como carga.

Cambia la narrativa:

  • A finanzas, muéstrales cómo estos datos ayudan a anticipar riesgos reputacionales o financieros.
  • A compras, enséñales cómo usar criterios ESG para reducir exposición en la cadena de suministro.
  • A operaciones, explícales cómo un buen análisis puede optimizar procesos o eliminar cuellos de botella.
  • A dirección, traduce el impacto en decisiones estratégicas que afectan la rentabilidad y el valor futuro.

Fomenta la colaboración con proyectos cortos y útiles

Evita reuniones eternas sin propósito claro. Crea espacios de trabajo funcionales, con objetivos concretos y resultados visibles. Un buen inicio es trabajar sobre un único tema material y resolver cómo medirlo entre todas las áreas.

Por ejemplo: emisiones indirectas (alcance 3).

  • Finanzas puede aportar datos de proveedores.
  • Compras conoce a los actores clave.
  • Sostenibilidad define la métrica.
  • Dirección valida prioridades.

Cada proyecto bien resuelto se convierte en una base para el siguiente. Y el equipo ve que esto no es más trabajo, sino mejor trabajo.

Integra la colaboración en los sistemas y procesos

Si la recopilación de datos ESG se basa en correos y excels dispersos, la colaboración se vuelve imposible. Utiliza una plataforma que permita asignar responsabilidades, automatizar tareas y mostrar avances.

Que cada persona vea solo lo que le toca. Y que sepa por qué es importante.

Así, no solo tienes un mapa de materialidad más completo: tienes un equipo más conectado.

Cómo auditar tu análisis de doble materialidad (antes de que lo hagan por ti)

Evalúa la calidad de los datos

Un buen análisis empieza con datos trazables y actualizados. No importa cuán visual sea tu informe si no puedes demostrar de dónde viene cada cifra.

Verifica lo siguiente:

  • ¿Tienes fuentes documentadas para cada indicador ESG?
  • ¿Están actualizados según la última revisión?
  • ¿Se puede rastrear quién generó ese dato y cuándo?

Si no puedes responder a estas preguntas con claridad, tienes un problema de base.

Revisa la lógica detrás de la matriz de materialidad

La matriz no puede ser solo estética. Tiene que tener una lógica interna sólida, basada en criterios claros.

Pregúntate:

  • ¿Qué indicadores usaste para decidir si algo es más o menos relevante?
  • ¿Consultaste a los grupos adecuados? ¿Quedó documentado el proceso?
  • ¿Tus decisiones están conectadas con riesgos o impactos medibles?

Un mapa sin lógica es un mapa que se cae a la primera revisión.

Asegura la conexión con la estrategia del negocio

Si un tema es prioritario en tu análisis, debe tener un reflejo claro en tu operativa. Esto incluye:

  • Políticas internas activas.
  • KPIs asignados.
  • Presupuesto o responsables definidos.
  • Acciones en marcha con seguimiento documentado.

Si todo eso no existe, no estás priorizando: estás inventando.

Anticípate con simulacros de revisión

Antes de publicar tu informe, haz una revisión cruzada con otros equipos o externos de confianza. Pídeles que lo lean como si fueran un auditor o un cliente exigente.

¿Qué podrían cuestionar? ¿Qué no queda claro? ¿Dónde ven incoherencias?

Mejor detectarlo ahora, que después de publicar.

Automatiza la trazabilidad y el seguimiento

Una herramienta que centralice tus datos y documente cada paso es clave para evitar errores y ganar tiempo. No solo reduces el trabajo manual: aseguras que todo está donde debe estar cuando llegue el momento de rendir cuentas.

No necesitas ser perfecto. Pero sí necesitas ser consistente.

¿Tu equipo no colabora? Cambia el enfoque, no el personal

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Uno de los mayores bloqueos a la hora de aplicar la doble materialidad no es técnico. Es cultural.

Muchas empresas fallan no porque no tengan los datos, sino porque los equipos no están alineados o no ven el valor de lo que están haciendo.

¿Qué pasa normalmente?

  • Finanzas cree que esto es solo cosa de sostenibilidad.

  • Sostenibilidad siente que nadie más entiende la urgencia.

  • Legal actúa tarde, cuando ya hay un problema.

  • Y Dirección lo ve como un “extra” que puede esperar.

Solución: romper los silos, traducir el problema a cada equipo y demostrar el impacto real. No desde la teoría, sino desde lo que les afecta directamente.

Ejemplos prácticos:

  • Finanzas: “¿Quieres entender mejor el perfil de riesgo climático de tus activos? Este reporte te lo dice.”

  • Compras: “¿Quieres evaluar a tus proveedores de forma más estratégica? Usa este análisis como filtro.”

  • Operaciones: “¿Quieres optimizar procesos y bajar costes logísticos? Aquí tienes un mapa de ineficiencias.”

  • Dirección: “¿Quieres proteger tu reputación, tu acceso a mercados y tu valor a largo plazo? Necesitas estos datos.”

No se trata de pedir más trabajo, sino de demostrar que esto mejora el trabajo de todos.

La doble materialidad como brújula para innovar (y no solo reportar)

Uno de los errores más frecuentes es ver la CSRD y la doble materialidad solo como una carga administrativa.

Pero cuando la usas como brújula estratégica, se convierte en una herramienta para reinventar productos, modelos de negocio y procesos clave.

¿Cómo se convierte un mapa de materialidad en innovación?

  1. Identificas puntos de fricción que nadie estaba viendo.

    Por ejemplo: una materia prima muy contaminante o poco trazable que pone en riesgo tu cadena de suministro.

    Solución: buscar alternativas que, además de reducir emisiones, mejoran tu narrativa de marca.

  2. Descubres oportunidades que encajan con tus capacidades.
    Si detectas que tu impacto en el uso del producto es alto, ¿por qué no rediseñarlo para ser más eficiente o circular?

    Además, iniciativas de descarbonización pueden integrarse en esta fase de rediseño, alineando innovación con sostenibilidad.

  3. Te obliga a pensar más allá del producto.
    ¿Y si tu ventaja competitiva no está solo en lo que vendes, sino en cómo lo haces, cómo lo entregas o cómo gestionas su fin de vida?

  4. Abres la puerta a nuevos mercados y alianzas.
    Muchos fondos y licitaciones ya piden datos de impacto medido y verificado. Si ya lo tienes, juegas con ventaja.

La doble materialidad no es solo un termómetro. Es un GPS.

Te dice dónde estás, qué riesgos enfrentas y qué caminos puedes explorar que otros aún no ven.

Cómo auditar tu análisis de doble materialidad (antes de que lo hagan por ti)

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Hacer un informe no es suficiente. Lo importante es que puedas defenderlo con claridad, rigor y trazabilidad.

La CSRD exige que el análisis de doble materialidad tenga una base sólida y verificable. Si no la tienes, tu reporte puede convertirse en un riesgo más que en una solución.

Aquí van los puntos clave que deberías revisar antes de publicar cualquier informe:

¿Tus datos están bien documentados?

No vale con decir “consultamos a los stakeholders” o “evaluamos los impactos”. Necesitas demostrar qué datos usaste, de dónde salieron, y cuándo se actualizaron por última vez.

¿Tus criterios de priorización están explicados con lógica?

Un mapa con colores bonitos no sirve si no puedes justificar por qué esos temas están en la zona alta y otros no. Explica claramente qué indicadores has usado: impacto económico, urgencia, relevancia normativa, impacto en el entorno...

¿Tienes respaldo del proceso de consulta a grupos de interés?

No se trata solo de consultar, sino de documentar las respuestas, incluir las voces menos visibles y dejar constancia de cómo influyeron en el resultado final.

¿Tu estrategia recoge lo que el análisis identifica como clave?

Si dices que el cambio climático es prioridad, pero no tienes ninguna acción concreta en tu plan operativo o financiero, algo no cuadra.

Una autoauditoría no es una pérdida de tiempo. Es una forma de anticiparte y ganar seguridad.

Mejor que detectes tú los puntos débiles antes de que lo haga alguien externo.

Doble materialidad en la cadena de suministro: lo que nadie quiere mirar (pero todos deben reportar)

Una gran parte del impacto real de las empresas no está en sus oficinas ni en sus operaciones directas. Está en su cadena de suministro.

Y la CSRD no deja lugar a dudas: también hay que reportar esos impactos e interacciones.

La doble materialidad, bien aplicada, implica mirar hacia fuera:

¿Qué consecuencias generan tus decisiones de compra?
¿Qué riesgos te transfieren tus proveedores?

Por ejemplo:

  • Si compras materias primas de zonas con conflictos hídricos, ese impacto también es tuyo.

  • Si uno de tus proveedores claves tiene problemas de condiciones laborales o emisiones elevadas, eso puede escalar hasta ti como riesgo legal o reputacional.

Esto es especialmente relevante en el contexto de Pymes, que suelen tener recursos limitados para implementar sistemas complejos de reporte ESG, pero cuya participación es clave para construir cadenas de suministro responsables.

El problema es que muchos proveedores no tienen los datos, ni los sistemas, ni el conocimiento para darte esa información.

¿La solución? Construir relaciones de colaboración, no solo control.

Crear formatos simples para recolectar información, acompañar en la mejora, priorizar a quienes cumplen, formar a quienes no.

Porque si no tienes visibilidad en tu cadena, no puedes gestionar los riesgos ni reportar con confianza.

Y si reportas sin base, la auditoría puede volverse un problema muy serio.

Transformar la presión en cultura: el verdadero cambio con la doble materialidad

La CSRD marca un antes y un después. Ya no se trata de cumplir con un informe. Se trata de transformar la forma en que se piensa y se gestiona la sostenibilidad dentro de la empresa.

La doble materialidad exige pasar de la periferia al centro.
Ya no vale con tener un “responsable ESG” solo para rellenar casillas.

Este enfoque toca decisiones clave:
qué se compra, cómo se produce, cómo se invierte, cómo se gestiona el riesgo, cómo se comunican los logros.

Por eso, si de verdad quieres estar preparado, no basta con herramientas. Necesitas cultura interna.

¿Qué implica eso en la práctica?

  • Que ESG esté presente en los comités de decisión.

  • Que los indicadores se revisen junto a los financieros.

  • Que la formación sobre sostenibilidad llegue a todo el personal, no solo a quien redacta el informe.

  • Que los incentivos internos (bonos, objetivos, presupuestos) incluyan indicadores ESG concretos y medibles.

Transformar la presión regulatoria en cultura organizativa es lo único que garantiza que no estés empezando de cero cada año.

Y es lo que convierte el cumplimiento en ventaja competitiva real.

El papel de la tecnología en el análisis de doble materialidad

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Más allá del Excel: orden y escalabilidad

Trabajar con hojas de cálculo dispersas o soluciones aisladas no es sostenible. 

Cuando tienes que reportar decenas de indicadores, involucrar múltiples equipos y cruzar datos financieros con ESG, el Excel deja de ser una herramienta útil y se convierte en un freno.

Una solución tecnológica adecuada te permite estructurar la información, asegurar la trazabilidad y trabajar de forma colaborativa. No solo se gana orden, también se gana agilidad y confianza en los datos.

Automatización y reducción de errores

Uno de los mayores riesgos al reportar sostenibilidad es el error humano: cifras duplicadas, versiones desactualizadas o incoherencias entre informes. 

Con tecnología, puedes automatizar la recopilación de datos desde tus sistemas internos, actualizar métricas en tiempo real y asegurar consistencia en todos los reportes.

Automatizar no es solo eficiencia, es protección ante revisiones externas y auditorías regulatorias.

Integración con procesos clave de negocio

Una plataforma ESG bien diseñada no solo sirve para reportar. Sirve para tomar decisiones operativas y estratégicas en tiempo real. Si tus indicadores ESG están conectados a compras, logística, operaciones o finanzas, puedes ajustar decisiones sin esperar al siguiente ciclo de reporte.

Así, la doble materialidad deja de ser un ejercicio anual y pasa a ser parte de cómo gestionas tu empresa cada día.

Indicadores ESG: cómo definirlos, mantenerlos y usarlos bien

Selección de indicadores realmente útiles

Muchos informes están llenos de métricas decorativas que no dicen nada. La clave está en elegir indicadores que realmente reflejen tu impacto y tus riesgos. No hace falta reportarlo todo, pero sí lo que es relevante.

Piensa en KPIs que te permitan tomar decisiones: emisiones clave, impactos en la cadena, condiciones laborales, cumplimiento normativo, entre otros. Si un indicador no sirve para decidir, no sirve para reportar.

El enfoque de compliance es esencial para que estos indicadores tengan validez legal y soporten auditorías externas con confianza.

Mantenimiento y actualización continua

Tener buenos indicadores no basta. Si no se actualizan, pierden valor. Define claramente quién es responsable de cada dato, con qué frecuencia debe revisarse y cómo se comunica internamente.

La sostenibilidad cambia, y tus indicadores también deberían hacerlo. Asegura versiones actualizadas, comparables y bien documentadas. Solo así evitas sorpresas en auditorías y aseguras coherencia año tras año.

Uso práctico en la toma de decisiones

El mayor error es que los datos ESG acaben en un informe… y ya. Tus indicadores deben alimentar decisiones reales: desde cambiar un proveedor hasta rediseñar un producto o ajustar un proceso.

Cuanto más integrados estén en tu día a día, más valor generan. No son cifras para marketing, son herramientas de negocio.

Qué debe saber tu consejo de administración sobre doble materialidad

Por qué esto no es solo un tema técnico

Muchos consejos ven la sostenibilidad como algo accesorio. Error. La doble materialidad afecta directamente a la estrategia, el riesgo y la reputación de la empresa. 

No es un tema de “cumplimiento” ni de informes bonitos, es un asunto de supervivencia y ventaja competitiva.

El consejo debe entender que ignorar este enfoque no es neutral: es poner en riesgo el valor a largo plazo.

Qué preguntas clave deberían hacer

Para ejercer su rol con responsabilidad, el consejo debe formular preguntas concretas:

  • ¿Cómo se identificaron los riesgos e impactos materiales?

  • ¿Qué criterios se usaron para priorizarlos?

  • ¿Cómo se están integrando en la estrategia y los planes operativos?

  • ¿Quién es responsable de su seguimiento?
    No se trata de saberlo todo, sino de pedir explicaciones claras y datos sólidos.

Cómo conectar esto con su rol fiduciario

Cumplir con la doble materialidad no es solo rendir cuentas a reguladores. Es proteger los intereses de accionistas, empleados, clientes y comunidades. Si el consejo no lidera este proceso, está incumpliendo su rol fiduciario.

Y esto se vuelve especialmente importante para las empresas que cotizan en bolsa, ya que su exposición pública exige niveles más altos de transparencia y compromiso con los factores ESG

La sostenibilidad, hoy, ya no es opcional ni reputacional: es un factor central en la gobernanza moderna.

En este sentido, conceptos como la gobernanza sostenibles se vuelven esenciales para garantizar que las decisiones empresariales estén alineadas con criterios de ética y sostenibilidad a largo plazo.

Da vida a tu estrategia digital, agenda una demostración.

Cómo convertir los datos de doble materialidad en decisiones de negocio

Medir no es suficiente si no sirve para actuar. La doble materialidad no es un mero ejercicio técnico: es un motor para transformar la forma en que tomas decisiones. Lamentablemente, muchas empresas recopilan datos ESG únicamente para cumplir y los dejan acumulándose en informes que nadie revisa. Para que la sostenibilidad sea realmente estratégica, esos datos deben alimentar decisiones concretas que impulsen el negocio.

1. Convertir impactos en inteligencia estratégica

La doble materialidad te obliga a mirar en dos direcciones: cómo te impactan los factores ESG (materialidad financiera) y cómo impactas tú en el entorno (materialidad de impacto). Este enfoque bidireccional proporciona una visión mucho más rica y orientada a la acción.

Por ejemplo:

  • Si un proveedor opera en una zona con escasez de agua y eso afecta tus operaciones o reputación, ese no es solo un dato ESG: es una alerta estratégica. Puedes usar ese dato para revaluar proveedores, diseñar alternativas logísticas o renegociar contratos.
  • Si detectas que el impacto ambiental de tus productos ocurre durante su uso, no solo en producción, significa que puedes innovar el producto para hacerlo más eficiente y atraer clientes conscientes.
  • Si los indicadores sociales muestran falta de paridad o formación continua insuficiente, eso puede repercutir en rotación de personal o en tu acceso a ciertos fondos.

Cada impacto ESG bien documentado proporciona una pista para mejorar procesos, reducir riesgos y encontrar ventajas competitivas. Ese es el valor real de aplicar adecuadamente la doble materialidad.

2. Integrar datos ESG en los objetivos de negocio

No basta con tener un mapa de materialidad bonito: debe estar conectado con tus metas estratégicas. Cuando los temas materiales influyen en la toma de decisiones, la sostenibilidad deja de ser un complemento y pasa a ser central.

Piensa en esto:

  • Si tu meta es reducir costes operativos, los datos ESG pueden revelar dónde se desperdicia energía, agua o dónde hay alta huella de carbono. Eso traduce ahorros directos.
  • Si tu objetivo es captar financiación sostenible, demostrar que gestionas riesgos climáticos y sociales mejora tu perfil ante inversores.
  • Si buscas expandirte internacionalmente, los datos de sostenibilidad pueden ayudarte a cumplir requisitos locales y posicionarte mejor en licitaciones.

Una gestión ESG fuerte alimenta decisiones prácticas, no solo informes regulatorios. No se trata de reportar más, sino de usar el informe para tomar mejores decisiones.

3. Establecer métricas y accionabilidad real

Para que los datos impulsen decisiones, necesitas indicadores que respondan a preguntas reales del negocio. No acumulen métricas decorativas: selecciona KPIs que permitan tomar acción.

  • Por ejemplo, tasa de reciclaje por centro operativo, proporción de proveedores auditados por riesgo ESG, porcentaje de mujeres en puestos superiores o emisiones por unidad producida.
  • Define responsabilidades claras: ¿quién actualiza esos datos? ¿con qué frecuencia? ¿cómo se validan?
  • Preséntalos visualmente y conecta esos KPIs con revisiones estratégicas trimestrales. Si detectas que una planta tiene emisiones anómalas, puedes intervenir de inmediato.

Esta estructura convierte al dato en una herramienta, no en una nota al pie del informe.

4. Segmentación por áreas de negocio

No todo se aplica de la misma forma a todos los departamentos. Para que cada equipo entienda la utilidad del enfoque, vincula los datos ESG a sus necesidades específicas:

Finanzas

Los riesgos climáticos tienen un impacto directo sobre activos, préstamos o seguros. Mostrar cómo esos riesgos afectan al balance ayuda a entender el valor real de anticiparse y mitigarlos.

Compras

Si tienes datos sobre proveedores con prácticas laborales deficientes o emisiones elevadas, puedes utilizarlos como filtros en procesos de selección, integrarlos en contratos o diseñar planes de mejora colaborativos.

Operaciones

La doble materialidad permite descubrir ineficiencias operativas: exceso de consumo energético, procesos poco sostenibles o residuos elevados. Con esos datos, puedes replantear procesos y reducir costes.

Dirección y estrategia

Cuando los datos ESG se combinan con objetivos estratégicos, el informe se convierte en una herramienta para priorizar inversiones, lanzar nuevos productos o revisar cadenas de suministro.

5. Transformar la cultura organizativa

El cambio estratégico requiere que los equipos adopten una mentalidad basada en la evidencia. La doble materialidad deja de ser un deber regulatorio y pasa a ser una brújula para toda la organización.

  • Involucra a las áreas clave desde el principio: sostenibilidad, finanzas, compras, operaciones, legal. Que entiendan el propósito y cómo sus datos impactan el informe y la estrategia.
  • Cambia el relato: no es más trabajo, es trabajo mejor hecho.
  • Asegura que los indicadores ESG estén presentes en los comités de decisión y sean revisados junto con los datos financieros.

De este modo, la sostenibilidad deja de ser un área aislada y se integra en todas las decisiones clave.

6. Evaluar el impacto real y recalibrar

La doble materialidad no es estática. El entorno cambia, las prioridades evolucionan, las regulaciones se actualizan. Por eso, debes:

  • Revisar tu análisis al menos una vez al año, o cuando haya cambios regulatorios importantes o nuevos riesgos emergentes.
  • Actualizar indicadores, incluir nuevos grupos de interés o adaptar tus objetivos estratégicos.
  • Retroalimentar los cambios: si un indicador muestra mejora tras una acción, registra esa relación y úsala como caso de éxito para impulsar adopción interna.

Este ciclo de medición, acción y evaluación convierte la doble materialidad en un sistema de mejora continua.

En resumen, la doble materialidad solo genera valor si los datos se utilizan para tomar decisiones reales, correctas, y en el momento adecuado. Para ello, hace falta:

  • Una estructura clara de indicadores accionables
  • Una conexión explícita entre ESG y estrategia
  • Colaboración efectiva entre todos los equipos
  • Cultura organizativa orientada a la sostenibilidad como ventaja competitiva
  • Evaluación continua y adaptabilidad según cambia el contexto

Cuando se cumple con estos elementos, la doble materialidad deja de ser una obligación y se convierte en una palanca estratégica de transformación real.

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Por eso nuestra solución está pensada para adaptarse a lo que venga.

Hoy es la CSRD, mañana puede ser otra.
Pero si tienes los datos organizados, solo es cuestión de seleccionar y reportar.

Preguntas Frecuentes (FAQs)

¿Qué es la doble materialidad en el contexto de la CSRD?

Es un enfoque que nos obliga a mirar en dos direcciones:
cómo afectan los temas ESG a nuestro negocio y cómo impactamos nosotros en el entorno y la sociedad.

La CSRD pide que contemos ambas cosas, con datos claros y objetivos.

¿Todas las empresas están obligadas a aplicar la doble materialidad?

No todas... por ahora.
Pero si estás dentro del alcance de la CSRD (o trabajas con alguien que sí), te va a tocar aplicarlo antes de lo que piensas.

Y si ya estás reportando, mejor hacerlo bien desde el principio.

¿Cuáles son los pasos para implementar este enfoque?

Primero, identificar los temas clave ESG desde ambos ángulos.
Luego, recopilar y estructurar los datos relevantes.
Y por último, integrarlos en los informes de forma coherente y accionable.

No es solo un check más, es un cambio de mentalidad.

¿La doble materialidad es solo para el informe de sostenibilidad?

No. Va mucho más allá.
Te obliga a tomar decisiones estratégicas basadas en datos reales.

El informe es solo la parte visible.
Lo importante es todo lo que pasa detrás para que ese informe tenga sentido.

¿Cómo puede ayudarme una herramienta como Dcycle en este proceso?

Dcycle no es una consultora ni una auditoría.
Somos una solución que centraliza y distribuye toda tu información ESG en los distintos casos de uso que necesites: CSRD, ISOs, SBTi, Taxonomía...

Recopilamos los datos, los estructuramos y te ayudamos a convertirlos en decisiones, reportes y ventajas competitivas. Sin líos.

Take control of your ESG data today.
Toma el control de tus datos ESG hoy.
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Cristina Alcalá-Zamora
CSRD Specialist | Content Creator

¿Tienes alguna pregunta?

¿Cuáles son los beneficios de tomar control de tu sostenibilidad?

Carbon footprint calculation analyzes all emissions generated throughout a product’s life cycle, including raw material extraction, production, transportation, usage, and disposal.

The most recognized methodologies are:

  • Life Cycle Assessment (LCA)
  • ISO 14067
  • PAS 2050

Digital tools like Dcycle simplify the process, providing accurate and actionable insights.

¿Cuánto tiempo tarda en realizarse el análisis?
  • ISO 14067 – Defines carbon footprint measurement for products.
  • EPD (Environmental Product Declaration) – Environmental impact based on LCA.
  • Cradle to Cradle (C2C) – Evaluates sustainability and circularity.
  • LEED & BREEAM – Certifications for sustainable buildings.
¿Con qué sistemas operativos es compatible?
  • Construction – High emissions from cement and steel.
  • Textile – Intense water usage and fiber production emissions.
  • Food Industry – Large-scale agriculture and transportation impact.
  • Transportation – Fossil fuel dependency in vehicles and aviation.
How Can Companies Reduce Product Carbon Footprints?
  • Use recycled or low-emission materials.
  • Optimize production processes to cut energy use.
  • Shift to renewable energy sources.
  • Improve transportation and logistics to reduce emissions.
Is Carbon Reduction Expensive?

Some strategies require initial investment, but long-term benefits outweigh costs.

  • Energy efficiency lowers operational expenses.
  • Material reuse and recycling reduces procurement costs.
  • Sustainability certifications open new business opportunities.

Investing in carbon reduction is not just an environmental action, it’s a smart business strategy.