

Estos son los 10 mejores software para cumplir con TCFD

Hablemos de divulgación climática: el papel de TCFD

Cómo encaja TCFD con CSRD y ESRS (E1)

5 Ventajas de implantar un software para TCFD

Turning TCFD into a competitive advantage for your company

Dcycle: la solución ESG para cualquier caso de uso

Preguntas frecuentes (FAQs)
Estos son los 10 mejores software para cumplir con TCFD en 2025:
Contar con un software para cumplir con TCFD se ha vuelto esencial para cualquier empresa que quiera anticiparse a las exigencias del mercado y demostrar una gestión real de los riesgos y oportunidades climáticas.
Las recomendaciones de este marco se han convertido en una referencia global en materia de divulgación financiera y climática, por lo que disponer de herramientas que permitan integrar la información criterios ESG de forma coherente ya no es una opción, sino una necesidad.
El objetivo no es solo cumplir con una normativa, sino entender cómo el clima afecta al negocio y cómo incorporar esa información en la estrategia corporativa.
Las organizaciones que consiguen hacerlo con datos sólidos y trazables están en una posición mucho más competitiva, tanto frente a inversores como frente a sus propios clientes y equipos.
En las siguientes secciones explicaremos qué implica cumplir con TCFD, cómo estructurar la información según sus cuatro pilares principales y qué tipo de soluciones digitales facilitan su aplicación práctica dentro de los procesos de reporting y gestión ESG.
Dcycle es una plataforma líder en gestión ESG que permite recopilar, organizar y reportar toda la información de sostenibilidad y clima desde un único lugar.
No somos auditores ni consultores, sino una solución tecnológica para empresas que quieren automatizar la gestión de sus datos y cumplir con marcos como TCFD, CSRD, Taxonomía o ISO sin procesos manuales ni dependencias externas.
Nuestra propuesta se centra en un punto clave: la información ESG está dispersa en múltiples sistemas y, si no la conectamos, perdemos trazabilidad y capacidad de decisión.
Por eso, Dcycle unifica y distribuye los datos ESG en todos los casos de uso relevantes, eliminando duplicidades y simplificando la preparación de informes regulatorios y estratégicos.
La plataforma está diseñada para adaptarse a cualquier empresa y sector, permitiendo personalizar indicadores, importar datos de distintas fuentes y generar reportes listos para auditar.
Además, automatiza el cálculo de emisiones GEI y la vinculación con los cuatro pilares del marco TCFD: gobernanza, estrategia, gestión de riesgos y métricas y objetivos.
Con Dcycle, el cumplimiento deja de ser una tarea aislada y se convierte en una palanca estratégica de negocio. Medir, gestionar y comunicar los datos ESG con precisión ya no es solo una obligación, sino una ventaja competitiva frente a un mercado que exige transparencia y datos verificables.
Ventajas principales:
Persefoni se ha consolidado como una de las plataformas más completas para la gestión del carbono y el reporting climático.
Su enfoque está pensado para empresas que buscan profundizar en el análisis financiero del riesgo climático, cumpliendo con los principios del marco TCFD y con los estándares emergentes del ISSB.
Permite integrar datos de emisiones, operaciones y cadena de valor para generar informes estructurados en los cuatro pilares de TCFD, además de facilitar simulaciones de escenarios climáticos y modelos de transición.
Ventajas principales:
Watershed se centra en ofrecer una visión operativa del riesgo climático con herramientas que conectan la medición de emisiones, la gestión de proyectos de reducción y la preparación de informes bajo TCFD, CSRD o SBTi.
Su principal valor está en la automatización del seguimiento de datos y la capacidad de convertir métricas dispersas en información accionable para la dirección y los equipos de sostenibilidad.
Ventajas principales:
Workiva destaca por su capacidad de unificar el reporting financiero y de sostenibilidad en un mismo flujo, lo que la convierte en una herramienta útil para equipos de finanzas, compliance y ESG que trabajan de forma integrada.
Ofrece plantillas adaptadas al marco TCFD, así como herramientas de colaboración, validación de datos y auditoría que reducen significativamente el esfuerzo manual y los errores de consolidación.
Ventajas principales:
Greenly ofrece un enfoque ágil y orientado a la medición continua del impacto ambiental y climático, especialmente útil para empresas que están dando sus primeros pasos en TCFD o reporting climático estructurado.
Su interfaz sencilla permite recopilar datos de emisiones, energía y cadena de suministro, generando reportes alineados con los requisitos de gobernanza, estrategia y métricas del marco TCFD.
Ventajas principales:
Futureproof es un software centrado en facilitar la adopción rápida de marcos ESG, incluyendo TCFD, CSRD y SBTi, sin necesidad de grandes recursos técnicos.
Su propuesta se orienta a equipos que buscan estructurar la información climática y de sostenibilidad de forma clara, sin complicaciones ni integraciones complejas.
La plataforma permite registrar, normalizar y analizar datos ESG para generar informes consistentes con los cuatro pilares de TCFD.
Su sistema de alertas y paneles ayuda a identificar riesgos y oportunidades con una visión integral del negocio.
Ventajas principales:
StepChange combina la gestión del carbono con la planificación de la descarbonización, ofreciendo flujos guiados para medir, planificar y reportar bajo TCFD o CSRD.
Está diseñada para organizaciones que quieren integrar la sostenibilidad dentro de la estrategia de negocio, no solo como un informe puntual.
Su interfaz guía a los usuarios paso a paso para cumplir los requisitos de gobernanza, estrategia, riesgos y métricas, asegurando consistencia en la información publicada.
Ventajas principales:
Emitwise se especializa en la medición y gestión del Scope 3, ofreciendo una cobertura detallada de la cadena de suministro y su vinculación con los requisitos de TCFD.
Es especialmente útil para compañías con operaciones complejas o dependientes de proveedores globales.
Su modelo de datos conecta los impactos indirectos con la estrategia de riesgos climáticos, facilitando el análisis y reporting estructurado conforme a los cuatro pilares de TCFD.
Ventajas principales:
Normative está orientada al sector financiero y a empresas que necesitan alinear su reporting climático con marcos regulatorios y estándares de inversión sostenible.
Su sistema permite cuantificar el riesgo climático desde una perspectiva financiera, integrando los principios del TCFD y del ISSB S2.
Destaca por su precisión metodológica y su capacidad para consolidar datos de múltiples fuentes, ofreciendo informes compatibles con auditorías externas.
Ventajas principales:
VelocityEHS Accelerate ESG ofrece una suite completa para gestión medioambiental, salud y gobernanza, con módulos específicos para riesgos climáticos, métricas ESG y reporting TCFD.
Su propuesta está pensada para empresas que ya gestionan cumplimiento normativo y quieren integrar también la dimensión climática.
Integra la información operativa, los indicadores ambientales y las políticas de gobernanza para construir un reporting ESG coherente y verificable, alineado con los estándares internacionales.
Ventajas principales:
Escalabilidad y soporte para entornos corporativos complejos.
El marco TCFD (Task Force on Climate-related Financial Disclosures) nació con un objetivo claro: ayudar a las empresas a entender y comunicar cómo los riesgos y oportunidades climáticas afectan a su estrategia y a su rendimiento financiero.
Su propósito no es imponer una nueva norma, sino establecer una estructura común y comparable para que los inversores, los reguladores y las propias organizaciones puedan interpretar la información climática de forma coherente.
En la práctica, TCFD se basa en cuatro pilares fundamentales: gobernanza, estrategia, gestión de riesgos y métricas y objetivos.
Estos pilares estructuran todo el proceso de análisis y comunicación, desde cómo se toman las decisiones sobre riesgos climáticos hasta cómo se miden y reportan los resultados.
Aplicar este marco no se trata solo de cumplir con una exigencia regulatoria.
Se trata de integrar la gestión del riesgo climático en la toma de decisiones estratégicas, de modo que podamos anticiparnos, asignar recursos correctamente y demostrar a nuestros grupos de interés que actuamos con información sólida y verificable.
En 2023, el Consejo de Estabilidad Financiera (FSB) consideró cumplida la misión de la TCFD y trasladó su seguimiento a la Fundación IFRS, que desde entonces lidera el desarrollo de los estándares globales de sostenibilidad bajo el ISSB (International Sustainability Standards Board).
En 2024, IFRS S2 se presentó como la evolución natural del marco TCFD, incorporando todos sus principios y ampliando su alcance para facilitar la comparabilidad entre empresas y países.
Junto a él, IFRS S1 establece las bases para divulgar información de sostenibilidad de forma general, mientras que S2 se centra específicamente en el riesgo y las oportunidades climáticas.
Esto significa que el marco TCFD sigue plenamente vigente, pero ahora se integra dentro de un estándar internacional más amplio y alineado con los mercados financieros.
Para las empresas, esto representa una oportunidad clara: unificar la forma en que medimos, gestionamos y comunicamos la información ESG en todos los marcos regulatorios y financieros.
El marco TCFD se ha convertido en una referencia global y en algunos países ya es obligatorio para ciertas empresas o sectores.
En Reino Unido, por ejemplo, las entidades cotizadas deben publicar un informe alineado con TCFD o explicar las razones por las que no lo hacen.
El regulador financiero supervisa activamente la calidad y consistencia de esas divulgaciones.
En Nueva Zelanda, las entidades financieras están obligadas a reportar bajo TCFD desde los ejercicios iniciados en 2023.
En Australia, se está implementando un sistema de divulgación climática basado directamente en los estándares del ISSB, que, a su vez, consolidan los principios TCFD.
En Estados Unidos, aunque la norma de la SEC aprobada en 2024 está en pausa judicial, la mayoría de las grandes compañías siguen usando TCFD como guía de facto.
Esto demuestra que, más allá de la obligatoriedad, el marco se ha convertido en un lenguaje común para comunicar riesgos y oportunidades climáticas a nivel global.
En definitiva, TCFD es la base sobre la que se construyen los nuevos estándares internacionales.
Por eso, cada vez más empresas están adaptando sus procesos internos para recopilar datos ESG, integrarlos en sus sistemas y prepararse para cumplir con TCFD, ISSB y CSRD de forma simultánea, reduciendo esfuerzo y ganando coherencia en su reporting.
El marco TCFD y la CSRD están estrechamente alineados en su propósito: que la gestión del riesgo climático forme parte de la estrategia empresarial y no de un informe aislado.
Ambos parten de la idea de que las empresas deben entender cómo los riesgos y oportunidades relacionados con el clima afectan a su actividad, y al mismo tiempo, cómo su operación contribuye a esos impactos.
Los estándares europeos ESRS, especialmente el E1 (cambio climático), desarrollan de forma más detallada las recomendaciones de TCFD, manteniendo la misma estructura en cuatro pilares: gobernanza, estrategia, gestión de riesgos y métricas y objetivos.
La principal diferencia es que los ESRS añaden más granularidad, trazabilidad y formato digital obligatorio (XBRL), lo que eleva el nivel de transparencia y comparabilidad.
Podemos decir que TCFD marca el marco conceptual, mientras que CSRD y ESRS definen los requisitos técnicos y el formato de reporte.
Las empresas que ya reportaban bajo TCFD cuentan con una base sólida para adaptarse a la CSRD, ya que los elementos esenciales se mantienen: gestión del riesgo climático, análisis de escenarios, objetivos de reducción y comunicación de resultados.
Un informe alineado con TCFD debe demostrar cómo la empresa gestiona los riesgos y oportunidades climáticas a todos los niveles.
No se trata de un ejercicio teórico, sino de una forma de vincular la estrategia empresarial con el impacto real del clima en la organización.
Los pilares son los mismos que estructuran los informes más avanzados de sostenibilidad y reporting financiero.
El primer pilar analiza cómo se supervisa el riesgo climático dentro de la estructura de gobierno.
CFD pide que se especifique el papel del consejo, de la dirección y de los comités responsables, así como los mecanismos para integrar el clima en la toma de decisiones estratégicas.
El objetivo es evidenciar que el riesgo climático forma parte del control interno y del gobierno corporativo, y que existe una estructura clara para revisarlo, actualizarlo y medir su evolución con datos verificables.
El segundo pilar exige explicar cómo los riesgos y oportunidades climáticas influyen en la estrategia, la planificación y el modelo de negocio.
Aquí se espera que las empresas utilicen análisis de escenarios climáticos que representen posibles futuros con diferentes condiciones regulatorias, tecnológicas o ambientales.
Estos escenarios deben mostrar cómo se vería afectada la rentabilidad o la cadena de valor en el corto, medio y largo plazo, permitiendo evaluar la resiliencia del negocio y la efectividad de las acciones adoptadas.
En este pilar, TCFD pide detallar cómo se identifican, evalúan y gestionan los riesgos climáticos, tanto los de transición (normas, tecnologías, cambios de mercado) como los físicos (eventos extremos, infraestructura, recursos).
La clave está en demostrar que el riesgo climático no se gestiona de forma aislada, sino dentro del sistema general de gestión de riesgos de la empresa.
Deben describirse los procesos, responsables, frecuencia de revisión y mecanismos de control utilizados.
El cuarto pilar se centra en las métricas y objetivos que la empresa utiliza para medir su rendimiento climático. Esto incluye el cálculo de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) en los alcances 1, 2 y 3, así como indicadores de intensidad (por ingresos, producción o superficie) y metas de reducción en plazos concretos.
Además, se espera que las empresas informen cómo esos indicadores se revisan y actualizan, qué metodologías utilizan y cómo se integran en la estrategia general.
La consistencia de estos datos es esencial para conectar la información TCFD con el resto de marcos, como ESRS E1 o ISSB S2, garantizando coherencia y comparabilidad entre informes.
En conjunto, estos cuatro pilares forman la base de una gestión climática sólida y verificable, en la que medir, analizar y reportar datos se convierte en una herramienta de competitividad y no solo en una obligación regulatoria.
Cumplir con los marcos TCFD o ISSB requiere mucho más que redactar un informe. Implica gestionar datos complejos, garantizar trazabilidad y demostrar coherencia entre la estrategia, los riesgos y los resultados.
Por eso, disponer de un software especializado marca la diferencia: permite automatizar tareas, centralizar información y asegurar que cada punto del disclosure se respalde con datos verificables.
El primer paso para cumplir con TCFD o ISSB es reunir toda la información climática en un único entorno estructurado.
Hablamos de emisiones GEI, consumo energético, datos financieros o información de la cadena de suministro.
Un software adecuado permite importar datos desde distintas fuentes internas y externas, aplicar controles automáticos de calidad y mantener trazabilidad completa desde el origen hasta el informe final.
De esta forma, los equipos evitan errores manuales y pueden demostrar consistencia ante revisiones o auditorías.
Uno de los pilares clave de TCFD es el análisis de escenarios climáticos.
Un software especializado facilita crear, comparar y actualizar esos escenarios, incorporando variables como precios del carbono, regulación futura o riesgos físicos y de transición.
Además, permite documentar todos los supuestos utilizados, garantizando transparencia y coherencia entre ejercicios.
Esto es esencial para que los resultados sean comparables y para demostrar que el análisis estratégico está basado en datos reales, no en estimaciones genéricas.
El riesgo climático no puede gestionarse por separado.
Debe integrarse en el sistema de gestión de riesgos empresariales (ERM) y en los controles internos de la organización.
Un buen software TCFD o ISSB ayuda a alinear la información climática con los procesos de riesgo corporativo, asignando responsables, frecuencias de revisión y alertas automáticas.
Así, los riesgos de transición o físicos se evalúan y priorizan igual que los financieros o operativos, con una visión integrada y auditable.
Uno de los mayores beneficios de usar un software especializado es la capacidad de generar paneles de indicadores (KPIs) y reportes digitales en formato XBRL o compatible con ISSB/ESRS.
Esto permite visualizar tendencias, identificar desviaciones y preparar la información directamente para la divulgación pública o auditoría.
Al digitalizar todo el flujo, se garantiza que los datos estén siempre actualizados y listos para cualquier revisión, reduciendo tiempos y riesgos de error.
El verdadero valor de una solución tecnológica está en su capacidad de conexión entre marcos normativos.
Un software TCFD/ISSB bien diseñado permite reutilizar los mismos datos ESG para cumplir simultáneamente con ESRS (CSRD) en Europa o con las directrices de la SEC en Estados Unidos.
De esta forma, se evita duplicar esfuerzos, se mantiene la coherencia entre informes y se gana eficiencia en todo el proceso de reporting.
El resultado es una arquitectura de datos ESG centralizada y escalable, lista para responder a cualquier requerimiento regulatorio o de mercado.
En resumen, un software TCFD/ISSB no es solo una herramienta de cumplimiento, sino una plataforma estratégica para gestionar el riesgo climático con datos fiables, trazables y alineados con cualquier estándar internacional.
Implantar un software para TCFD no es solo una cuestión de cumplimiento, sino una forma de profesionalizar la gestión del riesgo climático dentro de la empresa.
Permite conectar estrategia, operaciones y reporting bajo una misma estructura, eliminando silos y ganando agilidad en la toma de decisiones.
Un software especializado permite alinear la información estratégica con los riesgos y los indicadores de desempeño.
Todo el flujo —desde la identificación de riesgos hasta la publicación del informe— queda conectado, garantizando que lo que comunicamos refleja exactamente cómo gestionamos el riesgo climático dentro del negocio.
La coherencia entre las áreas financieras, operativas y ESG es clave para demostrar solidez ante inversores, auditores o supervisores, y solo puede lograrse cuando todos los datos se gestionan desde un mismo entorno estructurado.
Con herramientas digitales, los procesos manuales desaparecen.
Ya no hace falta combinar hojas de cálculo, revisar versiones o depender de archivos dispersos. Un software TCFD automatiza la recopilación y el cálculo de métricas, reduciendo la probabilidad de error y liberando tiempo para el análisis y la planificación.
Esto no solo aumenta la precisión, sino que acelera la preparación del informe y mejora la calidad del dato, algo esencial para cumplir con las exigencias de TCFD, ISSB o CSRD.
Las nuevas regulaciones exigen mayor transparencia y capacidad de verificación.
Un software de gestión TCFD permite mantener trazabilidad completa de cada dato, registrar fuentes y conservar evidencias, lo que facilita las revisiones externas y la futura auditoría limitada exigida por la CSRD.
Esta trazabilidad ofrece confianza y demuestra que los informes no son narrativos, sino que se basan en datos verificables y auditables en cualquier momento.
Un software actualizado asegura compatibilidad con el estándar ISSB S2, que representa la evolución global del marco TCFD.
Además, permite adaptarse fácilmente a los requisitos locales o sectoriales, como los definidos por la CSRD en Europa o las guías de otros supervisores internacionales.
De esta forma, garantizamos que la información publicada sea consistente, comparable y utilizable en cualquier jurisdicción o formato digital requerido.
Uno de los mayores beneficios de implantar una solución tecnológica es la reutilización de los mismos datos ESG para cumplir con distintos marcos: TCFD, ESRS, CSRD, Taxonomía o ISOs.
Al centralizar la información, evitamos duplicar trabajo y mantenemos coherencia entre informes.
Esto convierte el reporting climático en un proceso escalable y sostenible, preparado para evolucionar conforme cambien las regulaciones.
Además, la automatización de los procesos de medición permite calcular con precisión la huella de carbono de la organización. Este indicador se ha convertido en una métrica esencial para evaluar el desempeño ambiental y planificar estrategias de descarbonización alineadas con los objetivos climáticos internacionales.
Complying with TCFD should not be viewed as a burden but as an opportunity to strengthen corporate strategy.
When companies measure and manage climate risks and opportunities using reliable data, they gain a real advantage in the market: anticipating challenges, reducing uncertainty, and making data-driven decisions.
Organizations that manage their ESG data through structured systems are better positioned to comply with TCFD, ISSB, and CSRD, while demonstrating to investors and clients that they operate with transparency and resilience.
Organizations that manage their Carbon Footprint and ESG data through structured systems are better positioned to comply with TCFD, ISSB, and CSRD, while demonstrating to investors and clients that they operate with transparency and resilience.
In this context, adopting a TCFD/ISSB software solution is not just a compliance measure—it’s a strategic step towards efficiency, credibility, and competitiveness.
Before digitalizing the process, it is crucial to understand your current position and design a clear roadmap.
Software alone will not solve the problem if data, processes, or responsibilities are not properly structured.
Preparing correctly ensures that the company can maximize the value of the tool and achieve consistent, reliable outcomes.
The first step is to assess the current level of compliance with the 11 TCFD recommendations.
This gap analysis helps identify what information is already available, what is missing, and which processes need to be strengthened.
A well-prepared gap analysis serves as a roadmap for action, helping to prioritize tasks, assign responsibilities, and set realistic deadlines for each department involved.
Climate scenario analysis is one of the most technical elements of the TCFD framework.
It is important to define a minimum set of scenarios and assumptions—for example, regulatory variables, carbon prices, or physical event risks—that can be updated periodically.
These scenarios must be based on verifiable data and serve as a foundation to simulate financial or strategic impacts, allowing companies to anticipate decisions and assess the resilience of their business model.
The next step is to integrate climate risk into the enterprise risk management (ERM) system.
This doesn’t mean creating a new process, but embedding climate risk into the same matrix used for financial, operational, and reputational risks.
This approach provides a comprehensive view of the company’s risk exposure, with defined owners, indicators, and automated monitoring mechanisms that keep the system up to date.
A TCFD/ISSB software only adds value if the data is reliable, consistent, and traceable.
Therefore, it is essential to define data quality controls, register data sources, and maintain a version history, ensuring that every figure in the report can be justified in case of review or audit.
Traceability is not just a technical requirement—it’s a sign of rigor and transparency that strengthens stakeholder trust and reduces the risk of errors in future verifications.
Finally, it’s important to align climate reporting with international standards.
The ISSB S2 framework builds on the TCFD principles and expands them, while ESRS E1 develops them in more detail for the European context.
By structuring data according to these standards from the beginning, companies can reuse the same information to comply simultaneously with TCFD, ISSB, and CSRD, avoiding duplication and ensuring reporting consistency.
Turning climate compliance into an automated and well-governed process not only simplifies operations but transforms ESG management into a strategic lever to compete, attract investment, and anticipate risks with a business-oriented perspective.
No todos los sistemas de gestión ESG cubren las necesidades específicas del marco TCFD.
Para cumplir correctamente y mantener una estructura sólida de reporting, un buen software debe incluir funcionalidades que garanticen trazabilidad, interoperabilidad y control de la información.
Debe permitir crear, comparar y actualizar escenarios climáticos con variables financieras, regulatorias o operativas.
También es esencial que admita análisis de sensibilidad, para evaluar el impacto de diferentes hipótesis sobre el negocio y visualizar posibles rutas estratégicas.
Un software TCFD debe poder integrarse con los sistemas internos de la empresa —ERP, hojas de cálculo, plataformas de emisiones o bases de datos financieras— para capturar automáticamente los datos relevantes.
Así se evita la fragmentación y se consigue una visión unificada del desempeño climático y financiero, garantizando consistencia entre todos los marcos de reporting.
El sistema debe permitir gestionar versiones, evidencias y auditorías internas de cada conjunto de datos.
Esto asegura que cada cifra publicada esté respaldada por su fuente original y que pueda revisarse en cualquier momento, cumpliendo con los principios de transparencia y fiabilidad.
Los flujos de trabajo colaborativos son esenciales para coordinar la validación de datos entre áreas. Un software bien diseñado permite establecer roles, aprobaciones y revisiones automatizadas, evitando errores y asegurando que el informe final haya pasado por los controles internos adecuados.
Por último, debe ofrecer la posibilidad de exportar informes en distintos formatos (XBRL, PDF o plantillas oficiales), manteniendo la estructura por pilar TCFD: gobernanza, estrategia, riesgos y métricas y objetivos.
La trazabilidad por pilar facilita demostrar cómo se cumple cada requisito, simplificando el trabajo con auditores, revisores o equipos regulatorios.
En resumen, un software TCFD sólido permite pasar de la gestión manual y fragmentada a un modelo centralizado, auditable y conectado con cualquier estándar internacional, ayudando a las empresas a cumplir con confianza y eficiencia.
Cumplir con TCFD no debería verse como una carga, sino como una oportunidad para fortalecer la estrategia empresarial.
Cuando medimos y gestionamos los riesgos y oportunidades climáticas con datos fiables, estamos construyendo una ventaja real frente al mercado: anticiparnos, reducir incertidumbre y tomar decisiones con base en información sólida.
Las empresas que ya gestionan sus datos ESG con un enfoque estructurado están mejor posicionadas para cumplir con TCFD, ISSB o CSRD, y al mismo tiempo, para demostrar a sus inversores y clientes que operan con criterios de transparencia y resiliencia.
En este contexto, implantar un software TCFD/ISSB no es solo una herramienta de cumplimiento, sino un paso estratégico hacia la eficiencia y la competitividad.
Antes de digitalizar el proceso, es fundamental entender el punto de partida y definir una hoja de ruta clara.
Un software por sí solo no soluciona el problema si los datos, procesos o responsabilidades no están bien estructurados. Prepararse correctamente permite aprovechar todo el potencial de la herramienta y garantizar resultados consistentes.
El primer paso es evaluar el grado de cumplimiento actual frente a las once recomendaciones del marco TCFD.
Este diagnóstico nos permite identificar qué información ya tenemos, qué falta y qué procesos deben reforzarse.
Un análisis de brechas bien hecho actúa como mapa de acción: ayuda a priorizar tareas, definir responsables y establecer plazos realistas para cada área implicada.
El análisis de escenarios climáticos es uno de los elementos más técnicos del TCFD.
Por eso, conviene definir un conjunto mínimo de escenarios y supuestos (por ejemplo, variables regulatorias, precios del carbono o eventos físicos) que se puedan actualizar periódicamente.
Estos escenarios deben basarse en datos verificables y servir como base para simular impactos financieros o estratégicos, permitiendo anticipar decisiones y evaluar la resiliencia del modelo de negocio.
El siguiente paso es integrar el riesgo climático en el sistema general de gestión de riesgos (ERM).
No se trata de crear un proceso paralelo, sino de incorporar el clima en la misma matriz que los riesgos financieros, operativos o reputacionales.
De esta manera, conseguimos una visión completa del riesgo empresarial, con responsables definidos, indicadores asociados y mecanismos de seguimiento que se actualizan automáticamente.
Un software TCFD/ISSB solo aporta valor si los datos son fiables, consistentes y trazables.
Por eso es esencial definir controles de calidad, registrar fuentes y mantener histórico de versiones, de forma que cada dato del informe pueda justificarse ante una revisión o auditoría.
La trazabilidad no solo cumple un requisito técnico, sino que demuestra rigor y transparencia, dos aspectos que refuerzan la confianza de los grupos de interés y reducen el riesgo de error en futuras verificaciones.
Finalmente, es importante alinear el reporting climático con los estándares internacionales.
El marco ISSB S2 recoge los principios de TCFD y los amplía, mientras que ESRS E1 los desarrolla en detalle para el ámbito europeo.
Si estructuramos los datos desde el inicio con esta lógica, podremos reutilizar la misma información para cumplir simultáneamente con TCFD, ISSB y CSRD, evitando duplicidades y garantizando consistencia entre informes.
Convertir el cumplimiento climático en un proceso automatizado y bien gobernado no solo simplifica el trabajo, sino que convierte la gestión ESG en una palanca estratégica para competir, atraer inversión y anticipar riesgos con visión de negocio.
En Dcycle ayudamos a las empresas a centralizar y automatizar toda la gestión ESG en un único entorno.
No somos auditores ni consultores, somos una solución diseñada para empresas que quieren dejar atrás los procesos manuales y pasar a una gestión de datos estructurada, trazable y lista para cumplir con cualquier marco o normativa.
Nuestro enfoque es simple: recopilamos toda la información ESG de tu organización y la distribuimos automáticamente entre los distintos casos de uso que necesites, ya sea EINF, SBTi, CSRD, Taxonomía o ISOs.
De esta forma, medimos una sola vez, pero utilizamos esos datos tantas veces como haga falta, con total coherencia y control.
En lugar de trabajar con hojas de cálculo y fuentes dispersas, unificamos los datos ambientales, sociales y de gobernanza en una sola plataforma.
El sistema permite importar, limpiar y normalizar la información, asegurando consistencia entre áreas como finanzas, operaciones o sostenibilidad.
El resultado es un flujo de datos estructurado, donde cada cifra está respaldada por su evidencia y puede reutilizarse para cualquier informe o proceso regulatorio sin tener que empezar desde cero.
Con Dcycle, los marcos internacionales TCFD e ISSB se integran directamente con los estándares europeos CSRD y ESRS, eliminando la duplicidad de esfuerzos.
Nuestro sistema traduce los requisitos de cada marco a un modelo de datos común, facilitando la interoperabilidad y garantizando que toda la información esté alineada.
Así, las empresas pueden preparar informes climáticos, financieros o ESG desde un mismo entorno, manteniendo la coherencia entre todos ellos.
Automatizamos la medición de indicadores clave (KPIs), la actualización de escenarios climáticos y la generación de informes digitales compatibles con formatos como XBRL o ISSB-ready.
Esto permite que los equipos dediquen menos tiempo a tareas operativas y más a analizar resultados y planificar acciones estratégicas.
Cada indicador se actualiza de forma automática y se puede visualizar en paneles dinámicos, con filtros y comparativas entre ejercicios.
La trazabilidad y la verificación de datos son parte del núcleo del sistema. Cada valor registrado en Dcycle queda asociado a su fuente, fecha y responsable, lo que facilita la revisión interna y las futuras auditorías limitadas exigidas por la CSRD.
Además, el software incluye controles de calidad y flujos de aprobación, garantizando que los datos publicados pasen siempre por una revisión estructurada antes de su envío o divulgación.
Nuestro objetivo es transformar el reporting climático en algo útil para la empresa. No se trata solo de cumplir, sino de convertir la información ESG en una herramienta real de gestión.
Con los datos centralizados y actualizados, las compañías pueden identificar riesgos, evaluar oportunidades y anticipar escenarios que impacten en su rentabilidad o posicionamiento.
En definitiva, en Dcycle integramos sostenibilidad, cumplimiento y estrategia empresarial en un solo sistema, ayudando a que las empresas midan, gestionen y comuniquen su impacto con la misma precisión y rigor con el que gestionan sus finanzas.
El marco TCFD (Task Force on Climate-related Financial Disclosures) fue creado para ayudar a las empresas a identificar, gestionar y comunicar los riesgos y oportunidades climáticas que pueden afectar a su modelo de negocio y resultados financieros.
Su estructura se basa en cuatro pilares fundamentales:
Estos pilares permiten que la información climática sea clara, comparable y útil para la toma de decisiones.
El ISSB (International Sustainability Standards Board) tomó el relevo de TCFD en 2023, incorporando sus principios en el estándar IFRS S2. Esto significa que TCFD sigue siendo la base de referencia, pero ahora evoluciona hacia un marco más amplio y unificado a nivel internacional.
El estándar IFRS S2 mantiene la estructura de TCFD, pero añade mayor detalle técnico, requisitos de comparabilidad global y alineación con la información financiera, junto al estándar IFRS S1, que cubre la divulgación general de sostenibilidad.
En la práctica, las empresas que ya reportaban bajo TCFD están preparadas para adoptar IFRS S2 sin partir de cero, ya que los requisitos son coherentes y complementarios.
El marco TCFD se ha convertido en referencia internacional y es obligatorio o esperado en varios países.
En Reino Unido, las empresas cotizadas deben divulgar información alineada con TCFD o explicar las razones por las que no lo hacen.
En Nueva Zelanda, las entidades financieras ya reportan conforme a TCFD desde 2023, y Australia está implementando una regulación basada en los estándares ISSB, que integran las recomendaciones TCFD.
En Estados Unidos, aunque la normativa de la SEC está en pausa judicial, muchas empresas continúan usando TCFD como marco de referencia, lo que confirma su adopción global.
La principal diferencia está en el nivel de detalle y el ámbito regulatorio. TCFD actúa como marco global de referencia, mientras que ESRS E1 forma parte de los estándares europeos obligatorios bajo la CSRD.
Ambos comparten los mismos pilares —gobernanza, estrategia, riesgos y métricas—, pero ESRS E1 exige información más granular, trazabilidad de datos y formato digital etiquetado en XBRL.
En resumen, TCFD marca el enfoque conceptual, y ESRS E1 traduce ese enfoque en requisitos técnicos y verificables.
Por eso, si una empresa ya cumple con TCFD, tiene una base sólida para adaptarse fácilmente a los estándares europeos.
Un buen software para TCFD o ISSB debe facilitar el trabajo de recopilación, análisis y reporte de datos climáticos de manera estructurada y verificable. Entre sus funciones clave destacan:
En definitiva, este tipo de software permite automatizar el reporting, reducir errores y garantizar consistencia entre marcos internacionales, transformando la divulgación climática en un proceso ágil y estratégico para la empresa.

Carbon footprint calculation analyzes all emissions generated throughout a product’s life cycle, including raw material extraction, production, transportation, usage, and disposal.
The most recognized methodologies are:
Digital tools like Dcycle simplify the process, providing accurate and actionable insights.
Some strategies require initial investment, but long-term benefits outweigh costs.
Investing in carbon reduction is not just an environmental action, it’s a smart business strategy.