Sostenibilidad
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10 soluciones para medir el impacto ambiental empresarial

Updated on
July 28, 2025

Estas son las mejores soluciones para medir el impacto ambiental empresarial en 2025:

  1. Dcycle

  2. Normative

  3. Watershed

  4. Greenly

  5. Plan A

  6. SustrendLab

  7. APlanet

  8. Enablon

  9. Ecochain

  10. LCA Digital

Hoy en día, entender y gestionar la medición del impacto ambiental empresarial no es solo una cuestión de normativas. Es una jugada clave si queremos seguir siendo competitivos. 

Sin datos claros sobre nuestras emisiones y consumo de recursos, tomar decisiones efectivas se convierte en una lotería.

Ya no vale con intuir o asumir. Si no medimos, no mejoramos. Y si no mejoramos, perdemos eficiencia, dinero y oportunidades de mercado. La realidad es simple: las empresas que no están midiendo su impacto, se están quedando fuera del juego.

Medir sirve para algo más que reportar. Nos permite identificar puntos débiles, optimizar procesos, cumplir con lo que las normativas piden y abrirnos la puerta a nuevos mercados.

Vamos a ver qué implica realmente medir el impacto ambiental, qué métodos existen, qué beneficios nos aporta y cómo empezar sin complicarse.

Las 10 mejores soluciones para la medición del impacto ambiental empresarial

1. Dcycle

Si queremos una solución clara, rápida y sin complicaciones para medir el impacto ambiental de nuestra empresa, Dcycle es la opción. 

No somos auditores ni consultores. Somos una solución diseñada para recopilar, estructurar y convertir tus datos ESG en valor real.

El objetivo es simple: tener toda la información en un solo sitio y usarla para lo que de verdad importa: cumplir con normativas, identificar oportunidades y mejorar la eficiencia de nuestra empresa.

¿Qué nos permite hacer Dcycle?

  • Recopilar datos ESG automáticamente desde diferentes fuentes, sin liarnos.

  • Conectarnos con lo que ya usas (ERP, hojas de cálculo, plataformas internas).

  • Generar informes listos para cumplir con normativas como CSRD, EINF, Taxonomía, SBTi o ISO.

  • Identificar puntos críticos donde mejorar impacto y reducir costes.

  • Traducir los datos en acciones concretas para tu equipo, sin necesidad de expertos externos.

Dcycle no está pensada para hacer bonitos reportes y ya. Está pensada para que cualquier empresa, sin importar el sector, pueda convertir la sostenibilidad en una ventaja competitiva. Porque si no estás midiendo, no puedes mejorar. Y si no mejoras, te vas quedando fuera.

¿Lo mejor? Todo sin depender de consultores ni procesos eternos. Una solución que habla el idioma de negocio, no el de los informes técnicos.

2. Normative

Normative ofrece una solución enfocada en el cálculo de emisiones con bastante detalle, especialmente en emisiones indirectas (Alcance 3). Funciona bien para empresas que ya tienen un nivel avanzado de medición y necesitan afinar aún más sus datos.

Su enfoque se basa en combinar datos internos con bases de datos públicas, lo que puede aportar precisión, pero también complica la operativa si no tienes los datos bien organizados desde el principio.

No es una solución ligera, y requiere tiempo y equipo para sacarle el máximo partido. 

Aun así, puede ser útil si tu prioridad es el cumplimiento normativo y tienes recursos dedicados al tema.

3. Watershed

Watershed apunta directo al cumplimiento con SBTi y regulaciones climáticas más estrictas. Si ya estás metido en estos marcos o estás obligado a cumplir con ellos pronto, puede ser una opción sólida.

El modelo de trabajo se basa en consultoría + software, lo que añade complejidad y dependencia de terceros. Tienes que coordinarte con su equipo humano, lo que alarga los tiempos y encarece el proceso.

Funciona bien en empresas grandes con estructura interna especializada, pero puede quedarse corto si buscas una solución flexible, ágil y sin tanta intervención externa.

4. Greenly

Greenly se vende como una solución sencilla para medir emisiones, especialmente pensada para empresas pequeñas o medianas que están empezando. Tiene una interfaz accesible y se centra mucho en facilitar la comprensión.

Lo bueno: es fácil de usar y visualmente clara. Lo no tan bueno: cuando necesitas personalizar o escalar, las limitaciones se hacen evidentes. A nivel de cumplimiento normativo también puede quedarse corta en marcos más exigentes.

Ideal para empezar, pero no necesariamente para crecer.

5. Plan A

Plan A está enfocado en empresas que quieren integrar ESG en su estrategia, no solo medir CO₂. Incluye datos sociales y de gobernanza, y permite crear rutas de descarbonización.

Tiene módulos específicos para normativas como CSRD o la Taxonomía, lo cual suma si necesitas generar informes completos y detallados.

El punto débil es la personalización y flexibilidad. Es una solución algo más rígida, que puede funcionar bien si te adaptas a su estructura, pero que no siempre encaja con procesos más complejos o específicos.

Buena opción si buscas algo integral, pero prepárate para adaptarte a su forma de trabajar.

6. SustrendLab

SustrendLab combina consultoría con tecnología, centrando su propuesta en la generación de informes y análisis de impacto ESG. Es útil para empresas que necesitan acompañamiento técnico durante el proceso.

No es una solución 100% automatizada, y eso puede ralentizar la toma de decisiones. El proceso depende mucho del equipo externo, lo cual implica más coste y menos autonomía interna.

Es más consultoría con soporte digital que una solución ágil para operar día a día.

7. APlanet

APlanet es una plataforma centrada en la gestión ESG, con enfoque en trazabilidad de acciones, cumplimiento normativo y comunicación del desempeño.

Tiene una buena funcionalidad para almacenar documentación y generar reportes. Sin embargo, su punto débil está en la parte de cálculo ambiental, ya que no siempre permite un seguimiento detallado de emisiones con base en datos reales.

Útil para llevar orden en tu estrategia ESG, pero no es la opción más potente si lo que quieres es medir con precisión el impacto ambiental.

8. Enablon

Enablon está pensado para grandes corporaciones con estructuras complejas. Es un sistema robusto, con muchos módulos y funcionalidades adaptadas al sector industrial.

Su nivel de personalización es alto, pero también lo es su complejidad. Requiere tiempo, formación y una inversión importante.

No es una solución para quien busca empezar o moverse rápido. Es una apuesta a largo plazo que solo tiene sentido si ya tienes recorrido y necesitas una plataforma a medida para toda la gestión de riesgos, normativas y sostenibilidad.

9. Ecochain

Ecochain está enfocado en el análisis de ciclo de vida (ACV), lo que permite medir el impacto ambiental de productos y procesos con bastante nivel de detalle.

Muy útil en sectores industriales y de manufactura, donde entender cada fase de producción es clave. Sin embargo, no cubre de forma integral la parte social o de gobernanza del ESG.

Funciona bien como herramienta especializada, pero si buscas una solución más completa, tendrás que complementarla con otros sistemas.

10. LCA Digital

LCA Digital es una opción más técnica y especializada en huella ambiental de producto. Su enfoque está muy ligado al cumplimiento de normas como ISO 14040 y 14044.

Está pensada para perfiles técnicos, lo que puede ser un freno si no tienes equipo con experiencia en ACV. Tampoco cubre el resto del espectro ESG, así que si necesitas una visión completa, se queda corta.

Ideal para análisis muy específicos, pero no para una estrategia ESG integral o escalable.

Por qué medir el impacto ambiental empresarial es una necesidad estratégica

Qué implica medir el impacto ambiental de una empresa

Medir el impacto ambiental no va de cumplir por cumplir. Va de saber con claridad qué estamos generando, dónde lo estamos generando y cómo podemos actuar para reducirlo. Sin datos, no hay estrategia. Solo intuición.

Cuando hablamos de impacto ambiental, no nos referimos solo a las emisiones. Hablamos del uso de recursos, generación de residuos, consumo energético, transporte, agua, materias primas y todo lo que forma parte de la operación de una empresa.

Cada área de nuestro negocio tiene un coste ambiental. Medirlo implica analizar todas las actividades, directas e indirectas, que afectan al entorno. 

Desde nuestras oficinas hasta los proveedores que usamos.

Esto no se hace en un Excel ni con fórmulas caseras. Se trata de recopilar los datos adecuados, estructurarlos y usarlos para tomar decisiones que nos ayuden a ser más eficientes y cumplir con lo que las normativas nos están pidiendo.

Y esto tiene un objetivo claro: ser más competitivos. 

Las empresas que no están midiendo ni controlando su impacto se están quedando fuera de licitaciones, fuera de ciertos mercados y sin opciones reales de crecer en un contexto donde la presión regulatoria solo va a más.

¿Por qué es estratégico entonces? Porque afecta a todo: desde el ahorro de costes hasta el acceso a financiación, la relación con clientes, la reputación y la capacidad de adaptarse rápido a lo que viene.

Medir es el primer paso para transformar un coste en una ventaja. Y eso es lo que separa a las empresas que lideran del resto que sigue improvisando.

6 razones para empezar con la medición del impacto ambiental empresarial

1. Cumplimiento normativo y legal

Las normativas están subiendo el listón. CSRD, Taxonomía Europea, ISO, SBTi… cada vez hay más marcos que nos piden datos concretos y auditables sobre el impacto ambiental de nuestra empresa.

No es cuestión de si queremos o no hacerlo. Si no cumplimos, nos quedamos fuera de contratos, subvenciones o mercados clave. Y eso tiene consecuencias directas en nuestra actividad y resultados.

2. Optimización de recursos y procesos internos

Medir el impacto también sirve para detectar ineficiencias. Si no sabemos dónde se están yendo los recursos, tampoco vamos a saber cómo reducir costes.

Nos ayuda a ver qué procesos consumen más energía, generan más residuos o implican más transporte. Con esa información, ajustamos, recortamos y mejoramos. Así de simple.

3. Mejora de la competitividad en licitaciones y cadenas de suministro

Cada vez más clientes y proveedores exigen datos ambientales. No por moda, sino porque también ellos tienen que reportar.

Si no medimos, quedamos fuera de su radar. Pero si mostramos datos claros, medidos con criterio, nos posicionamos como una opción fiable. Y eso marca la diferencia a la hora de cerrar acuerdos.

4. Reducción de riesgos reputacionales y operacionales

La falta de información ambiental ya no es una excusa. Si algo sale mal y no tenemos datos, vamos a estar expuestos a críticas, sanciones y pérdida de confianza.

Tener los datos controlados nos da margen de maniobra. Podemos anticiparnos a problemas, responder con claridad y evitar que un error se convierta en una crisis.

5. Acceso a financiación con criterios sostenibles (ESG)

Cada vez más bancos y fondos priorizan empresas que tienen sus datos ESG en orden. No hablamos solo de “bonito para el inversor”, sino de condiciones de financiación concretas basadas en criterios ESG.

Medir el impacto nos abre puertas. Sin datos, no hay diálogo. Con datos sólidos, accedemos a líneas de financiación más competitivas.

6. Preparación para reportes como CSRD, EINF o Taxonomía UE

Si no tenemos los datos bien organizados, reportar se convierte en un caos. Y esos informes no van a desaparecer, van a ser cada vez más exigentes.

Medir desde ya nos permite construir una base sólida. Así, cuando toque reportar, no estamos improvisando. Estamos listos. Y eso es lo que nos da ventaja frente a quienes llegan tarde con reportes como la EINF.

4 Problemas comunes al intentar medir el impacto ambiental sin herramientas especializadas

1. Los datos no están unificados ni son comparables

El primer problema es el caos de los datos. Están repartidos entre departamentos, formatos distintos y documentos sueltos. Esto hace casi imposible cruzar información y sacar conclusiones útiles.

Sin una estructura clara, no sabemos si lo que estamos midiendo tiene sentido o si estamos repitiendo errores. Perdemos tiempo, y lo peor, perdemos precisión.

2. No hay trazabilidad ni fiabilidad en los resultados

Cuando hacemos cálculos manuales, las fuentes cambian, se mezclan o desaparecen. Y así, lo que reportamos hoy, mañana ya no cuadra. Eso nos deja expuestos frente a auditorías o revisiones externas.

La falta de trazabilidad genera desconfianza. Si no podemos explicar de dónde salen los datos, es como si no valieran.

3. Es un proceso que consume demasiado tiempo del equipo

Hacer esto sin una solución adecuada significa horas y horas perdidas. Buscar documentos, cruzar hojas, rehacer cálculos… es una carga absurda que no genera valor real.

Al final acabamos saturando al equipo y desviando tiempo de tareas clave. Y eso también tiene un coste económico.

4. No se puede escalar ni reportar con agilidad

Cuando llega el momento de reportar, todo son prisas y parches. Y si la empresa crece o cambia de modelo, el sistema manual se rompe.

Sin una herramienta preparada, no hay forma de adaptarse rápido. Y en un entorno donde las exigencias aumentan cada año, eso nos deja fuera de juego.

Así es el proceso de medición del impacto ambiental en 5 pasos

Medir el impacto ambiental no es un trámite, es una herramienta de negocio. Nos permite ver con claridad cómo operamos, dónde estamos perdiendo eficiencia y qué podemos hacer para mejorar.

Desde nuestra experiencia, este proceso debe ser estructurado, pero también práctico. Tiene que adaptarse a la realidad de cada empresa y estar orientado a generar valor, no solo a cumplir.

Vamos paso a paso.

Paso 1: Identificación de aspectos e indicadores ambientales clave

Lo primero es entender qué es lo que tenemos que medir. No todo aplica a todas las empresas, pero sí debemos identificar qué procesos generan más emisiones, consumen más recursos o tienen más impacto.

Aquí definimos los indicadores ambientales clave, esos que de verdad nos dan información útil y que nos permitirán actuar con sentido.

Paso 2: Delimitación de alcance organizacional y operacional

No tiene sentido medir solo una parte y asumir que representa al todo. Por eso, definimos el alcance con claridad: qué actividades, centros, proveedores o productos entran en el análisis.

Esto nos da una foto real del impacto, sin maquillajes ni recortes arbitrarios.

Paso 3: Elección de metodologías y estándares internacionales (GHG, ISO, GRI)

Aquí es donde definimos cómo vamos a medir. Utilizamos marcos reconocidos como el GHG Protocol, la ISO 14064/67 o los estándares GRI, según lo que más se ajuste al caso.

Esto no solo nos da consistencia, también nos prepara para cualquier reporte o verificación futura. No improvisamos, trabajamos con criterios sólidos.

Paso 4: Recopilación, análisis y normalización de datos

Aquí empieza el trabajo duro si no contamos con una solución. Reunir datos de consumo, transporte, materiales o residuos puede ser un caos si no está automatizado.

Con una solución como Dcycle, ese proceso se vuelve ágil. Recogemos los datos desde la fuente, los estructuramos y los preparamos para análisis o reportes. Sin duplicidades, sin errores, sin perder tiempo.

Paso 5: Establecimiento de KPIs, objetivos y estrategias de mejora

Medir solo sirve si vamos a actuar. Una vez tenemos los datos claros, definimos KPIs reales: consumo por unidad producida, emisiones por proceso, residuos por proveedor, etc.

Y con esos indicadores planteamos objetivos concretos, con impacto directo en nuestra operación. Porque aquí no se trata de marcar casillas, se trata de tomar mejores decisiones y hacer que la empresa funcione mejor.

Esto es lo que convierte la medición en transformación. No un coste, sino una herramienta para liderar.

Cómo elegir una solución para medir el impacto ambiental de forma efectiva

No todas las soluciones sirven para todos los casos. Si queremos medir bien, necesitamos una solución que se adapte a nuestra realidad operativa, sin generar más líos de los que resuelve.

No se trata de tener dashboards bonitos, sino de contar con datos fiables, trazables y listos para reportar, analizar o tomar decisiones.

Experiencia en proyectos ESG multisectoriales

Cada sector tiene sus particularidades. No es lo mismo medir en industria pesada que en servicios o alimentación. Por eso, necesitamos una solución que ya haya trabajado con distintas realidades.

Eso garantiza que el enfoque no sea genérico, sino que nos aporte valor desde el primer día, sin tener que reinventar procesos.

Automatización en la recopilación y validación de datos

Si seguimos pidiendo datos manualmente, estamos perdiendo tiempo y precisión. La solución que elijamos tiene que ser capaz de conectarse a nuestras fuentes, recoger datos y validarlos de forma automática.

Automatizar no es lujo, es necesidad. Es la única forma de escalar el control sin saturar al equipo.

Compatibilidad con plataformas de reporting y certificación

Todo lo que medimos tiene que poder usarse en reportes, verificaciones y auditorías. Si la solución no genera datos compatibles con CSRD, EINF, SBTi o ISOs, no nos sirve.

Debe estar diseñada para responder a lo que nos piden las normativas actuales y futuras. Porque medir solo para uso interno es quedarse a medias.

Acompañamiento técnico y estratégico

Medir no es solo cuestión técnica. También necesitamos saber qué hacer con esos datos. La solución ideal debe incluir un modo de trabajo que combine la tecnología con el criterio experto.

En Dcycle, por ejemplo, no somos auditores ni consultores, pero sí damos ese acompañamiento estratégico que permite tomar decisiones desde el primer día. Sin teorías, con acciones concretas.

Escalabilidad y adaptación a marcos internacionales

Las exigencias van a cambiar. Lo que hoy sirve para una pequeña memoria, mañana será un requisito legal. Por eso, la solución debe poder crecer con nuestra empresa.

No sirve algo que se quede corto en seis meses. Necesitamos una base sólida, que se adapte a cualquier marco ESG que tengamos que cumplir.

4 Principales marcos y metodologías para la medición del impacto ambiental empresarial

1. Protocolo GHG: Medición de emisiones por alcances

El GHG Protocol es el punto de partida para medir emisiones. Clasifica las emisiones en Alcance 1, 2 y 3, y define cómo deben contabilizarse.

Es esencial si queremos estar alineados con estándares globales y comparables. Y es la base sobre la que se construyen muchos otros marcos.

2. ISO 14001 y 14064: Sistemas de gestión ambiental y cálculo de emisiones

La ISO 14001 nos ayuda a estructurar nuestro sistema de gestión ambiental. Mientras que la ISO 14064 pone el foco en cómo cuantificamos y verificamos nuestras emisiones.

Tener estas normas en cuenta da robustez a nuestro proceso de medición. Nos prepara para auditorías y facilita el reconocimiento internacional.

3. GRI: Estándares para reportes de sostenibilidad

Si queremos hacer reportes completos y creíbles, GRI es el marco de referencia. Establece qué indicadores se deben incluir y cómo deben presentarse.

Permite conectar los datos ambientales con los sociales y de gobernanza. Es clave si estamos construyendo una estrategia ESG sólida y transparente.

4. CDP, CSRD y otros marcos regulatorios

Reportar ya no es opcional, y cada vez hay más marcos exigiendo datos precisos. CSRD en Europa, CDP a nivel global… todos piden información ambiental estructurada y verificable.

La solución que elijamos tiene que estar lista para responder a estos marcos. Si no lo está, tarde o temprano vamos a tener que cambiarla. Mejor hacerlo bien desde el principio.

Cuándo es el mejor momento para empezar a medir tu impacto ambiental

La respuesta corta: ahora. Esperar a tener la casa “perfectamente ordenada” solo retrasa lo inevitable. Cada vez más empresas están midiendo su impacto y adaptándose al entorno. Si no lo hacemos, nos quedamos atrás.

Si estás preparando reportes obligatorios (CSRD, EINF, etc.)

Las normativas ya no se anuncian, se aplican. Si tenemos que entregar un EINF o adaptarnos a la CSRD, necesitamos tener los datos claros y estructurados desde ya.

Cuanto antes empecemos a medir, más tiempo ganamos para organizarnos. Llegar tarde a estos reportes es arriesgarse a multas, pérdida de credibilidad y oportunidades perdidas.

Antes de entrar a nuevos mercados o firmar acuerdos con grandes clientes

Las grandes cadenas de suministro están exigiendo trazabilidad ambiental. Si no podemos demostrar nuestro impacto con datos concretos, directamente nos excluyen del proceso.

Medir a tiempo nos permite entrar preparados, con argumentos sólidos y sin improvisaciones. Así jugamos en igualdad de condiciones.

Cuando quieras mejorar tu posicionamiento ESG

Hoy la reputación no se construye con discursos, sino con datos. Si queremos posicionarnos como una empresa seria en sostenibilidad, tenemos que poder demostrarlo.

Y eso solo lo conseguimos midiendo de forma rigurosa, coherente y alineada con los marcos más exigentes.

Si buscas identificar oportunidades de mejora y ahorro

Medir no es solo para cumplir, también es para ahorrar. Ver dónde estamos perdiendo eficiencia energética, malgastando materiales o generando costes ocultos es clave.

Con los datos en la mano, podemos optimizar procesos, renegociar con proveedores o rediseñar flujos. 

Y eso impacta directo en la rentabilidad.

Por qué Dcycle es la plataforma ideal para medir y gestionar tu impacto ambiental empresarial

En Dcycle no somos consultores ni auditores. Somos una solución pensada para que cualquier empresa, de cualquier sector, pueda medir su impacto ESG sin complicaciones.

Recopilamos todos tus datos ambientales, sociales y de gobernanza, y los estructuramos para que puedas usarlos donde los necesites. Ya sea para cumplir con la CSRD, la Taxonomía, SBTi, EINF, ISO o cualquier otra exigencia que tengas encima de la mesa.

Nos integramos con tus sistemas, automatizamos la recopilación de datos y te damos una visión clara de lo que está pasando. No hay que ser experto, ni dedicarle semanas. Solo necesitas tener claro que quieres avanzar.

Dcycle convierte la sostenibilidad en una palanca estratégica. Porque no se trata de aparentar, se trata de actuar con datos y de forma constante. 

Y eso, hoy, marca la diferencia en cualquier mercado.

Preguntas Frecuentes (FAQs)

¿Qué indicadores se utilizan para medir el impacto ambiental empresarial?

Depende del tipo de empresa y su actividad, pero hay indicadores clave que casi siempre se repiten: emisiones de CO₂ (Alcance 1, 2 y 3), consumo energético, uso de agua, generación de residuos y consumo de materias primas.

También se miden aspectos como transporte, cadena de suministro o impacto del producto durante su uso. Lo importante no es solo tenerlos, sino saber cómo relacionarlos con nuestras operaciones reales.

¿Qué sectores deben priorizar esta medición?

Cualquier sector que quiera seguir siendo competitivo tiene que medir. Ahora bien, hay sectores donde la presión normativa y de mercado es más fuerte: industria, energía, transporte, construcción, alimentación y textil, por ejemplo.

Si estamos en un entorno con mucha regulación, proveedores exigentes o exposición pública, empezar a medir ya no es una opción. Es una condición para operar.

¿Cuánto cuesta implementar una solución de medición ambiental?

Dependerá del enfoque. Si lo hacemos con procesos manuales y sin estructura, el coste está en el tiempo que pierde el equipo y en los errores que cometemos.

Con una solución como Dcycle, el coste es transparente y proporcional al valor que se obtiene. Recopilamos datos automáticamente, evitamos errores y reducimos el esfuerzo interno. Lo que antes tardaba semanas, ahora se resuelve en días.

¿Es obligatorio medir el impacto ambiental en mi país o sector?

En muchos sectores, ya sí. Y en otros, va camino de serlo. Normativas como la CSRD en Europa o exigencias sectoriales están empujando a las empresas a tener sus datos ESG en orden.

Aunque hoy no sea obligatorio en tu caso, no te confíes. Estar preparado es una ventaja. Llegar tarde te deja sin margen de maniobra cuando el mercado o la ley lo pidan.

¿Puedo usar estos datos en mis reportes ESG o regulatorios?

Sí, si están bien medidos y estructurados. Los datos que recopilamos deben ser compatibles con los marcos que nos exigen: EINF, CSRD, SBTi, ISO, GHG Protocol o Taxonomía, entre otros.

Eso es precisamente lo que hacemos en Dcycle. Preparamos los datos para que puedas usarlos directamente en reportes regulatorios o de sostenibilidad, sin rehacer nada ni depender de terceros. Tú decides cómo y cuándo usarlos.

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  • ISO 14067
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