Sostenibilidad
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Descarbonización para agro: clave para la competitividad del sector

Updated on
October 6, 2025

Hablar de descarbonización para agro es hablar de futuro y de competitividad. El sector agrícola representa una parte clave en las emisiones y está bajo la lupa de las nuevas normativas que exigen resultados concretos. 

Cumplir ya no es suficiente: hay que demostrar con datos reales cómo reducimos el impacto.

Las empresas agroalimentarias se enfrentan a un reto claro: medir, gestionar y reportar sus emisiones. Sin datos fiables no hay estrategia posible, y sin estrategia se pierde competitividad frente a quienes ya están integrando la sostenibilidad en su negocio.

Lo que realmente marca la diferencia es centralizar la información ESG y tenerla lista para cualquier necesidad: informes regulatorios, certificaciones internacionales, objetivos de reducción o acceso a financiación verde

La descarbonización no puede tratarse como un proyecto puntual, sino como una palanca estratégica que impacta directamente en eficiencia, costes y reputación.

En las siguientes secciones vamos a profundizar en qué significa descarbonizar en el agro, cuáles son las estrategias más efectivas y qué pasos prácticos pueden seguir las empresas del sector para no quedarse atrás.

¿Qué significa la descarbonización para agro?

Cuando hablamos de descarbonización para agro, nos referimos a reducir de forma real las emisiones de gases de efecto invernadero que se generan en la agricultura, la ganadería y la agroindustria. 

Esto incluye todo: desde el uso de energía en los procesos productivos, hasta el transporte, el consumo de materias primas o la gestión de residuos.

En la práctica, descarbonizar en este sector significa cambiar la forma en que producimos alimentos y materias primas, apostando por sistemas más eficientes y con menor impacto. 

No se trata de un discurso, sino de una necesidad regulatoria y de mercado que ya está condicionando la competitividad de las empresas.

¿Por qué es importante la descarbonización en el sector agroalimentario?

La presión viene de todos los frentes. Por un lado, tenemos normativas europeas cada vez más exigentes, que marcan objetivos claros de reducción de emisiones. 

n España, el Real Decreto 163/2014 de huella de carbono, junto con directivas como la CSRD, está transformando la forma en que los sectores productivos deben gestionar y reportar su impacto.

Cumplir con estas reglas no es solo cuestión de evitar sanciones. Los criterios ESG ya son una puerta de entrada a mercados internacionales.

Sin ellos, muchas empresas simplemente no pueden competir ni acceder a contratos que exigen información detallada sobre sostenibilidad y emisiones.

Además, la presión no viene solo de la normativa. Los consumidores y las cadenas de distribución piden cada vez más trazabilidad y transparencia

Ya no basta con entregar un producto de calidad: ahora también hay que demostrar qué impacto tiene en todo su ciclo de vida. 

Esta exigencia se traduce en que, para ser proveedor de grandes cadenas, mostrar datos fiables sobre emisiones es un requisito básico.

En resumen, la descarbonización en agro no es un proyecto opcional, sino una palanca estratégica para asegurar la competitividad, cumplir con las normas y responder a las expectativas del mercado

Lo que viene a continuación es entender cómo convertir este reto en una oportunidad real para el sector.

Estado actual de la descarbonización en agro

Cuando hablamos del estado actual de la descarbonización en agro, lo primero es entender de dónde vienen las emisiones

El sector agrícola y ganadero comparte patrones similares con el industrial: la mayor parte del impacto está en los procesos directos, pero la cadena de suministro también juega un papel decisivo.

Principales fuentes de emisiones en agricultura y ganadería

En Alcance 1 encontramos las emisiones directas

Aquí entran el uso de combustibles en la maquinaria, los sistemas de calefacción en explotaciones ganaderas y el uso de fertilizantes. 

Este grupo suele concentrar entre el 60 y el 70% de las emisiones, sobre todo en explotaciones intensivas.

En Alcance 2 aparecen las emisiones derivadas de la electricidad consumida

Hablamos de riego, climatización de invernaderos o transformación primaria de alimentos. 

En promedio, estas actividades suponen entre el 20 y el 30% del total.

El Alcance 3 está menos controlado pero tiene un peso enorme. 

Aquí se incluyen la cadena de suministro, el transporte, la gestión de insumos y la distribución

Lo que se mide hoy suele estar en torno al 10-15%, aunque sabemos que el potencial real es mucho mayor si analizamos todo el ciclo de vida.

Diferencias según tipo de explotación y tamaño

La foto cambia cuando hablamos del tamaño y modelo de explotación

Las grandes empresas agroalimentarias suelen tener capacidad para poner en marcha estrategias integrales de descarbonización, con planes estructurados y mayor acceso a financiación externa.

En cambio, las empresas medianas y pequeñas dependen en gran medida de subvenciones nacionales o autonómicas para arrancar proyectos de eficiencia o energías renovables. Esta diferencia marca el ritmo de avance y explica por qué no todas las explotaciones del sector agro están en el mismo nivel de preparación frente a las nuevas exigencias.

En definitiva, el estado de la descarbonización en agro es desigual

Mientras algunas empresas ya trabajan con estrategias sólidas y centralizadas, otras todavía funcionan con medidas dispersas que no alcanzan el impacto necesario. 

El reto ahora es cerrar esa brecha y asegurar que el sector en su conjunto esté preparado para lo que viene.

5 Estrategias clave de descarbonización en agro

La descarbonización en agro requiere actuar en varios frentes a la vez. 

No sirve con pequeñas medidas aisladas: necesitamos un enfoque integral que combine eficiencia, innovación y gestión de datos. 

Estas son las estrategias que más impacto están teniendo en el sector.

1. Optimización en el uso de fertilizantes y fitosanitarios

Los fertilizantes y productos fitosanitarios son responsables de una parte importante de las emisiones directas. 

Reducir su uso, mejorar las dosis y aplicar técnicas de precisión nos permite minimizar emisiones de Alcance 1 y reducir costes al mismo tiempo. 

Aquí, la clave está en medir de forma continua para ajustar la estrategia.

2. Gestión eficiente del agua y la energía

El agua y la energía son dos de los recursos más intensivos en el agro. 

Una gestión eficiente de riego y climatización no solo disminuye el consumo eléctrico (Alcance 2), sino que también incrementa la resiliencia de la explotación. 

Monitorear consumos y aplicar mejoras tecnológicas es fundamental para avanzar en este frente.

3. Integración de energías renovables en explotaciones

Cada vez más explotaciones apuestan por energías renovables para autoconsumo. Paneles solares, biomasa o pequeñas instalaciones eólicas reducen la dependencia de combustibles fósiles y permiten mejorar la competitividad. 

Aunque la inversión inicial puede ser alta, los retornos se logran en plazos cortos y con un impacto directo en emisiones.

4. Digitalización y análisis de datos para monitoreo ambiental

Sin datos fiables no hay descarbonización posible. 

Digitalizar procesos y recopilar información en tiempo real sobre consumos, emisiones y rendimientos es lo que permite tomar decisiones estratégicas. 

El uso de sensores, IoT y plataformas de análisis facilita tener una visión clara y comparativa de cada explotación.

5. Modelos de economía circular en agroindustria

La valorización de residuos y subproductos está ganando protagonismo como estrategia de descarbonización. 

Incorporar materias primas recicladas, reutilizar aguas residuales o generar biogás a partir de desechos son ejemplos de cómo convertir un coste en un recurso. 

Este enfoque no solo reduce emisiones de Alcance 3, sino que abre nuevas oportunidades de negocio.

En conjunto, estas estrategias demuestran que la descarbonización en agro no es un gasto, sino una palanca estratégica para mejorar eficiencia, reducir costes y asegurar acceso a mercados cada vez más exigentes

El siguiente paso es entender cómo priorizar estas medidas según cada modelo de explotación.

4 Beneficios empresariales de la descarbonización en agro

La descarbonización en agro no es solo una obligación normativa, es una forma directa de ganar competitividad. 

Cuando estructuramos la estrategia de reducción de emisiones, no hablamos únicamente de impacto ambiental: hablamos de cumplir con la ley, mejorar márgenes, acceder a financiación y consolidar relaciones comerciales.

1. Cumplimiento regulatorio y acceso a certificaciones

Las normativas son claras: quien no mida ni reporte su huella de carbono, quedará fuera de juego

Cumplir con el Real Decreto de Huella de Carbono y las directivas europeas nos evita sanciones, pero además nos abre la puerta a certificaciones reconocidas que sirven como pasaporte a nuevos mercados. 

Tener datos fiables y auditables ya es un requisito de entrada en muchas cadenas de distribución.

2. Reducción de costes operativos y mejora de márgenes

Menos emisiones suele significar procesos más eficientes

Cuando optimizamos el uso de energía, reducimos fertilizantes o mejoramos la logística, los resultados se reflejan en costes más bajos. 

Esa eficiencia acumulada se convierte en márgenes más altos y en un negocio más competitivo a largo plazo.

3. Acceso a financiación y ayudas europeas

El mercado financiero ya premia a las empresas que tienen una estrategia clara de descarbonización. 

Préstamos verdes, fondos europeos y subvenciones nacionales se conceden cada vez más en función de criterios ESG.

En agro, al igual que en manufactura, las grandes empresas destinan entre 3 y 16 millones de euros anuales a proyectos de descarbonización, mientras que las medianas suelen depender de financiación externa que cubre entre el 40 y el 60% de sus inversiones.

4. Mayor confianza de distribuidores y clientes

La presión también viene de la cadena de valor. Distribuidores, grandes superficies y clientes finales piden trazabilidad y transparencia. No se trata solo de ofrecer un buen producto, sino de demostrar con datos cómo reducimos las emisiones en cada fase. 

Esa transparencia se traduce en mayor confianza, contratos más estables y acceso preferente a nuevos acuerdos comerciales.

En definitiva, la descarbonización en agro no es un coste, es una palanca estratégica que nos asegura competitividad, acceso a financiación y confianza en el mercado. 

El reto está en medir de manera rigurosa y transformar esos datos en resultados que hablen por sí solos.

4 Retos comunes en la descarbonización del sector agro

La descarbonización en agro es una oportunidad clara, pero también presenta obstáculos que no podemos ignorar. 

El reto está en convertirlos en un plan de acción realista que no frene la competitividad.

1. Inversiones iniciales y financiación disponible

Uno de los principales frenos son las inversiones iniciales

Tecnologías como las energías renovables, la electrificación de procesos o el uso de IoT tienen un retorno de inversión que puede variar entre 12 y 36 meses, dependiendo del tipo de explotación y del volumen de producción. 

Aunque estos plazos son razonables, muchas empresas necesitan acceso a financiación externa para arrancar.

2. Gestión de la variabilidad en la cadena de suministro

El agro tiene una particularidad: la alta variabilidad en la cadena de suministro

Factores climáticos, estacionalidad y diferencias en los modelos productivos hacen que medir y reducir emisiones sea más complejo. 

Coordinar datos y estrategias entre productores, cooperativas y distribuidores es un reto constante que requiere organización y sistemas de gestión claros.

3. Coordinación entre productores, cooperativas y distribuidores

La falta de alineación entre los distintos actores del sector suele retrasar la puesta en marcha de proyectos de descarbonización. 

No sirve que un eslabón de la cadena trabaje de forma aislada: necesitamos que haya criterios comunes, objetivos compartidos y datos comparables para que la reducción de emisiones sea efectiva y reconocida.

4. Dificultad en la recopilación de datos ESG dispersos

Sin datos no hay descarbonización posible. El problema es que los datos ESG suelen estar dispersos en distintos departamentos, sistemas y ubicaciones

Eso genera duplicidades, errores y retrasos en el reporte. 

La solución pasa por centralizar la información en una única plataforma que nos permita medir, gestionar y distribuir esos datos en cualquier caso de uso: desde normativas europeas como la CSRD hasta certificaciones ISO o reportes internos.

En definitiva, los retos son claros, pero todos tienen solución. 

La clave está en contar con una estrategia de medición sólida y con herramientas que simplifiquen la gestión ESG para que el esfuerzo se traduzca en resultados medibles y en ventajas competitivas reales.

Tecnologías y prácticas más adoptadas en agro

La descarbonización en agro no avanza solo con buenas intenciones, sino con tecnologías concretas y prácticas que ya están mostrando resultados

El sector está adoptando soluciones que combinan eficiencia operativa con capacidad de generar datos fiables para cumplir con las normativas y demostrar avances reales.

Sistemas de riego inteligente

El agua es uno de los recursos más críticos en el agro. 

Los sistemas de riego inteligente, que funcionan de forma similar a los sistemas de gestión energética en manufacturing, ya se están convirtiendo en estándar. 

Con una adopción que ronda el 78% en sectores industriales y que crece en el agro, permiten ajustar consumos, reducir desperdicios y mejorar la productividad con retornos rápidos.

Energía solar y biomasa para explotaciones

La generación propia de energía está siendo una de las palancas más efectivas. 

Paneles solares, calderas de biomasa y otras soluciones permiten cubrir buena parte de la demanda energética de las explotaciones. 

El ROI suele estar entre 12 y 24 meses, lo que convierte esta inversión en una decisión estratégica más que en un gasto.

Plataformas digitales para trazabilidad y gestión ESG

Uno de los mayores cambios está en cómo gestionamos la información. 

Plataformas digitales que centralizan datos ESG se están convirtiendo en un requisito básico. Gracias a ellas podemos medir, organizar y distribuir toda la información de emisiones, consumos y certificaciones para cualquier caso de uso: desde un reporte EINF hasta una auditoría CSRD o un objetivo SBTi. 

Sin esta trazabilidad, es prácticamente imposible cumplir con las exigencias de clientes y reguladores.

Técnicas de captura y aprovechamiento de subproductos

La valorización de subproductos está ganando tracción en la agroindustria. 

Hablamos de capturar emisiones, aprovechar residuos agrícolas para generar biogás o reutilizar aguas residuales en procesos productivos. 

Estas prácticas permiten reducir emisiones de Alcance 3 y, al mismo tiempo, crear nuevas fuentes de valor que antes se desperdiciaban.

En conjunto, estas tecnologías muestran que la descarbonización en agro no es una teoría, sino un conjunto de decisiones prácticas con impacto directo en competitividad, eficiencia y acceso a mercados

Lo determinante no es solo usarlas, sino integrarlas en una estrategia clara y basada en datos.

Nuestra visión como expertos en descarbonización para agro

La descarbonización en agro no se logra con medidas puntuales ni con promesas a largo plazo. 

Para avanzar de verdad necesitamos una hoja de ruta clara, basada en datos y con un enfoque práctico que convierta las exigencias regulatorias en una oportunidad de negocio.

Cómo empezar tu hoja de ruta hacia la descarbonización agro

El primer paso es realizar un inventario inicial de emisiones en la explotación o en toda la cadena agroindustrial. 

Solo midiendo de manera rigurosa podremos entender dónde están los principales focos de impacto y priorizar acciones.

A partir de ahí debemos pasar a la identificación de áreas críticas de mejora

Esto implica analizar consumos de energía, uso de fertilizantes, transporte y procesos de transformación para detectar en qué puntos se concentran las mayores emisiones.

El tercer paso es clave: utilizar herramientas digitales para recopilar y gestionar todos los datos ESG

Cuando los datos están dispersos en hojas de cálculo o sistemas desconectados, la descarbonización se convierte en un laberinto. 

entralizar esta información nos permite tener un control real y distribuirla en cualquier caso de uso: desde reportes EINF, auditorías CSRD y certificaciones ISO, hasta planes SBTi.

Después llega el momento de definir objetivos de reducción y establecer un seguimiento constante

No basta con medir: hay que fijar metas claras, cuantificables y alineadas con las exigencias normativas y del mercado.

Por último, debemos garantizar un monitoreo y reporte continuo

Solo así podremos demostrar a reguladores, clientes y distribuidores que estamos cumpliendo con lo que piden y que avanzamos en la dirección correcta.

En Dcycle no somos auditores ni consultores. 

Somos una Solución que simplifica la recopilación, análisis y gestión de todos tus datos ESG, permitiendo que la descarbonización deje de ser un problema operativo para convertirse en una palanca estratégica que impulse la competitividad del agro.

Preguntas Frecuentes (FAQs)

¿Qué implica la descarbonización para agro?

La descarbonización para agro significa reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en toda la cadena agroalimentaria. 

Hablamos de agricultura, ganadería y agroindustria, desde el consumo de energía y fertilizantes hasta el transporte y la distribución. 

No es solo un tema ambiental, es una estrategia empresarial para mantenernos competitivos en un mercado cada vez más regulado y exigente.

¿Cuáles son las principales fuentes de emisiones en agricultura?

Las emisiones del agro se concentran en tres grandes áreas. 

Alcance 1, que incluye el uso de combustibles en maquinaria y fertilizantes; Alcance 2, relacionado con la electricidad en riego, climatización y transformación; y Alcance 3, que engloba la cadena de suministro, logística y transporte. 

Este último es el más difícil de controlar, pero también el que tiene mayor potencial de mejora.

¿Qué normativas afectan al sector agroalimentario en materia de carbono?

El sector agro debe cumplir con el Real Decreto 163/2014 de Huella de Carbono, además de alinearse con directivas europeas como la CSRD y estándares internacionales de reporte. 

Estas normativas ya no son opcionales: para entrar en mercados internacionales o mantener contratos con grandes distribuidores, necesitamos datos fiables y verificables de nuestras emisiones.

¿Es costoso implementar estrategias de descarbonización en agro?

Existe una inversión inicial, pero no debemos verla como un coste sin retorno. 

Tecnologías como riego inteligente, energías renovables o digitalización tienen un ROI que suele estar entre 12 y 36 meses, según el tipo de explotación y el nivel de intensidad productiva. 

Además, muchas empresas medianas acceden a ayudas que cubren entre el 40 y el 60% de la inversión, lo que reduce la barrera económica.

¿Cómo puede ayudar una plataforma ESG como Dcycle en este proceso?

En Dcycle no somos auditores ni consultores. Somos una Solución para empresas que necesitan centralizar, medir y gestionar sus datos ESG

Reunimos toda la información dispersa de emisiones, energía, agua o transporte y la transformamos en reportes claros y útiles. Eso nos permite distribuir los datos en cualquier caso de uso: EINF, SBTi, CSRD, Taxonomía o certificaciones ISO

En un sector como el agro, donde la complejidad de la cadena de valor es enorme, contar con esta visibilidad es lo que marca la diferencia entre cumplir a medias o liderar el mercado.

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