Estos son los 5 beneficios de aplicar la huella de carbono ISO 14067 a tu empresa en 2025:
1. Facilita el cumplimiento con normativas como CSRD, EINF o SBTi
2. Te ayuda a identificar oportunidades de eficiencia en tus operaciones
3. Refuerza tu credibilidad en el mercado sin postureos
4. Abre puertas a financiación sostenible y mejora tu perfil de riesgo
5. Alinea tu actividad con objetivos estratégicos de reducción de emisiones
Medir la huella de carbono según ISO 14067 te muestra con exactitud dónde están los mayores impactos ambientales dentro de tu cadena de suministro.
Ya no es un “extra”, es parte del juego si vendes productos y quieres estar en el mercado.
Cada producto deja una huella. Y esa huella, si no la conoces ni la mides, te va a pasar factura.
Desde el origen de las materias primas hasta su uso y fin de vida, todo suma emisiones.
ISO 14067 es la norma que te dice cómo medir esas emisiones de forma clara y estandarizada.
Sin complicaciones innecesarias y sin inventar la rueda.
¿Por qué te interesa esto? Porque te ayuda a entender el impacto real de tus productos, tomar mejores decisiones y no quedarte atrás cuando las normativas aprieten.
En este artículo vamos a ver qué es la Huella de Carbono ISO 14067, cómo aplicarla y por qué puede ser una ventaja para tu negocio.
Si no mides, no mejoras. Y si no mejoras, alguien más lo hará por ti.
Aplicar la norma ISO 14067 no es solo para tener un sello más.
Es una forma concreta de traducir tu impacto en datos útiles que puedes usar para tomar mejores decisiones.
Si ya estás recopilando datos ESG, la ISO 14067 te ayuda a organizarlos y usarlos para lo que necesites.
EINF, CSRD, SBTi, Taxonomía… lo que sea que tengas en marcha o venga en camino.
No vas a tener que repetir el trabajo. Una medición bien hecha te sirve para todo.
Cuando mides bien, ves claro dónde estás perdiendo tiempo, dinero o recursos.
Y ahí es donde puedes actuar.
Muchas veces lo que más contamina también es lo que más cuesta. Si lo corriges, mejoras tu margen.
Hablar de sostenibilidad está bien, pero si no tienes datos que lo respalden, no te van a tomar en serio.
La ISO 14067 te permite mostrar resultados reales, sin humo.
Y eso te da ventaja frente a quien solo vende discurso.
Cada vez más fondos, bancos y aseguradoras te piden pruebas de tu compromiso climático.
Con una medición robusta como la que plantea esta norma, les das lo que buscan.
¿Resultado? Acceso a condiciones mejores y menos trabas para crecer.
Las metas de reducción no pueden basarse en suposiciones.
ISO 14067 te da una base clara y técnica para definir objetivos creíbles y medibles.
Y si tienes que reportar avances, ya tienes todo listo para hacerlo bien.
Descubre cómo mejorar tu rendimiento, agenda una demostración.
Aplicar la norma ISO 14067 te permite organizar los datos de huella de carbono de forma estructurada y estandarizada.
Esto facilita el cumplimiento con normativas como CSRD, EINF, SBTi y Taxonomía europea, evitando la duplicación de trabajo y el caos de formatos distintos.
La medición bajo ISO 14067 aporta datos claros, precisos y auditables, que sirven como base confiable para cualquier reporte ESG.
Esto elimina interpretaciones vagas y te posiciona mejor frente a reguladores, clientes e inversores.
Al tener una medición precisa y alineada con normativas, reduces riesgos de incumplimiento y sanciones.
Además, contar con datos confiables te permite planificar con antelación las metas de reducción y las acciones necesarias, haciendo la gestión más estratégica y menos reactiva.
Medir la huella de carbono según ISO 14067 te muestra con exactitud dónde están los mayores impactos ambientales dentro de tu cadena de valor.
Esto suele coincidir con áreas donde también se pierden recursos y dinero.
Con esta información puedes ajustar procesos, elegir materiales más eficientes y mejorar la logística, lo que se traduce en reducción de emisiones y ahorro directo en costes operativos.
ISO 14067 no es un cálculo puntual, sino una herramienta para medir y comparar a lo largo del tiempo.
Esto te permite establecer indicadores claros y avanzar en la mejora continua, optimizando recursos y aumentando la rentabilidad.
En un mercado donde la sostenibilidad se ha convertido en un requisito, contar con una medición certificada según ISO 14067 te da credibilidad sin “postureos” ni discursos vacíos.
Muestras resultados tangibles que respaldan tu compromiso con el medioambiente.
Cada vez más fondos, bancos y aseguradoras solicitan evidencias concretas de reducción de impacto. ISO 14067 te permite demostrar ese compromiso con datos robustos y estandarizados, facilitando el acceso a mejores condiciones financieras y menores riesgos.
Medir tu huella de carbono con esta norma te ayuda a definir metas claras, medibles y alcanzables.
Esto te permite alinear tus esfuerzos con compromisos globales y estrategias internas, fortaleciendo tu posicionamiento frente a clientes, inversores y reguladores.
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La Huella de Carbono ISO 14067 mide las emisiones de gases de efecto invernadero asociadas al ciclo de vida de un producto.
Desde que se extrae la materia prima hasta que deja de usarse.
No habla de promesas. Habla de datos reales, medibles y comparables.
A diferencia de otras metodologías más genéricas, ISO 14067 se enfoca en producto, no en toda la empresa.
Eso te permite ir al detalle y entender el impacto concreto de lo que vendes.
Es compatible con otras normas como PAS 2050 o el GHG Protocol, pero va más al grano.
La norma cubre todo el ciclo de vida del producto, no solo lo que haces tú como empresa.
Eso incluye proveedores, logística, uso y fin de vida.
Y sí, también contempla tanto emisiones directas como indirectas.
Porque el impacto no se queda solo en tu fábrica.
Antes de empezar a medir, es fundamental definir con precisión qué productos o líneas de negocio vas a evaluar y qué etapas del ciclo de vida vas a cubrir.
Esto evita recopilar datos innecesarios o crear un “Frankenstein” de información difícil de manejar, que complique el análisis y la toma de decisiones.
Tener estos límites claros desde el inicio permite enfocar esfuerzos, mejorar la calidad de los datos y agilizar todo el proceso de medición.
Sin esta claridad, corres el riesgo de invertir tiempo y recursos en información que no aporta valor real.
No es necesario reinventar la rueda. La ISO 14067 ofrece un marco claro, estándar y compatible con otras normas internacionales como PAS 2050 o el GHG Protocol.
Seguir una metodología reconocida garantiza que tus datos sean fiables, comparables y que puedas auditar tus resultados con facilidad cuando sea necesario.
Este enfoque también facilita que los informes generados sean aceptados por reguladores, clientes y socios, evitando cuestionamientos que podrían poner en riesgo tu credibilidad.
Medir la huella de carbono a mano puede ser viable en el corto plazo, pero es lento, propenso a errores y difícil de escalar.
Contar con una solución digital que centralice los datos, automatice cálculos y genere informes automáticamente es la clave para ahorrar tiempo, minimizar riesgos y mejorar la trazabilidad mediante la automatización de procesos.
Además, estas herramientas facilitan la actualización de datos, el seguimiento de avances y la generación de reportes para diferentes normativas o grupos de interés, haciendo que la medición deje de ser un lío y se convierta en un activo estratégico.
Uno de los mayores obstáculos es conseguir datos completos, fiables y trazables. Sin una fuente única y confiable, cualquier cálculo pierde precisión y pierde valor para la toma de decisiones.
Por eso, es clave establecer procesos robustos para obtener y validar esta información desde el inicio.
Esto incluye trabajar estrechamente con proveedores, optimizar sistemas internos y garantizar que los datos estén actualizados y auditados.
La mayoría de las emisiones no provienen solo de nuestras operaciones directas, sino de actividades de proveedores o terceros.
Sin una trazabilidad clara y completa de la cadena de suministro, la medición se queda incompleta.
Por eso, es vital colaborar estrechamente con proveedores, exigir transparencia y utilizar tecnologías digitales que faciliten la recopilación y verificación de datos a lo largo de toda la cadena.
Medir la huella puede parecer un proceso complejo, técnico y costoso, especialmente si el equipo interno carece de experiencia o recursos dedicados. Sin el apoyo adecuado, esto puede generar más líos que soluciones.
Adoptar un enfoque práctico, apoyado en plataformas especializadas y procesos claros, ayuda a empezar con lo esencial, avanzar rápido y evitar errores que compliquen la implementación.
Así se gana confianza y se construye un proceso sostenible en el tiempo.
Medir la huella de carbono no debe ser solo un ejercicio de reporte. Los datos generados deben utilizarse para tomar decisiones que mejoren la eficiencia operativa, reduzcan costes y minimicen impactos ambientales.
Este enfoque convierte la medición en una fuente real de valor para la empresa.
Con información precisa y actualizada, se pueden identificar áreas críticas para optimizar, evaluar alternativas y diseñar planes de acción que impulsen la sostenibilidad y la rentabilidad.
En un mercado donde la transparencia y la sostenibilidad son cada vez más demandadas, contar con una medición certificada y robusta según ISO 14067 fortalece la credibilidad frente a clientes, socios e inversores.
Esto no solo abre puertas a nuevas oportunidades comerciales y alianzas, sino que también facilita el acceso a financiamiento sostenible, mejores condiciones contractuales y reputación positiva en el mercado.
Además, si tu empresa pertenece al grupo de Pymes, contar con una medición como la ISO 14067 te permite competir en igualdad de condiciones, accediendo a oportunidades que antes parecían reservadas a grandes corporaciones.
Las exigencias regulatorias y del mercado respecto a sostenibilidad y reducción de emisiones solo irán en aumento.
Esto incluye metas como la descarbonización, cada vez más exigidas por normativas y clientes.
Las empresas que ya cuentan con un sistema sólido de medición y gestión estarán mejor posicionadas para adaptarse y liderar en sus sectores.
Esto permite anticiparse a cambios, evitar sanciones y responder con agilidad a nuevas demandas, consolidando una ventaja competitiva que marcará la diferencia en los próximos años.
Las exigencias legales van en aumento, y no se van a frenar.
ISO 14067 te permite adaptarte sin improvisar ni perder tiempo reinventando procesos.
Cumplir con las normativas será más fácil si ya tienes tus datos bien organizados y listos para reportar.
Cada vez más clientes y proveedores piden pruebas concretas del impacto ambiental.
Tener una medición sólida bajo ISO 14067 te coloca por delante en procesos de selección.
No se trata solo de tener “buenas intenciones”. Se trata de tener datos que respalden tu propuesta.
La confianza se construye con hechos.
Y si puedes mostrar cómo mediste tus emisiones,
ganas credibilidad con quienes realmente importan: inversores, socios y clientes estratégicos.
¿Podemos relajarnos? No del todo. Las expectativas aumentan, y los datos son la nueva moneda.
En solo unos minutos puedes conocer el impacto real: agenda una demostración.
La norma ISO 14067 parte de un principio claro: medir todas las emisiones asociadas al ciclo de vida de un producto.
Desde que se produce hasta que deja de usarse, sin dejar fuera nada importante.
No se basa en estimaciones vagas, sino en datos concretos.
Antes de calcular, hay que reunir información fiable sobre energía, transporte, materias primas, procesos, etc.
Cuanto más precisos sean tus datos, mejor será el análisis.
¿Un Excel te vale? Para empezar, puede ser. Pero si quieres escalar, necesitas una solución más sólida.
La ISO 14067 es compatible con otras normas como el GHG Protocol o PAS 2050.
Usa factores de emisión reconocidos y deja poco margen a la improvisación.
Eso te permite usar la misma base de datos para varios informes, sin duplicar trabajo.
Medir no es el final. Es el punto de partida.
Con los resultados en la mano, puedes trazar objetivos, reducir emisiones y justificar decisiones estratégicas.
Además, esos datos te sirven para lo que venga: desde auditorías hasta informes CSRD.
Y si mañana cambia la normativa, no empiezas desde cero. Ya estás listo.
Este tipo de transparencia también refuerza el cumplimiento de prácticas de compliance, tan valoradas hoy en día en el contexto empresarial.
No puedes medir bien si los datos que usas son incompletos, imprecisos o directamente no existen.
Y conseguirlos puede llevar más tiempo del que imaginábamos.
Tener una fuente centralizada y fiable es lo primero que necesitamos resolver.
La mayoría de las emisiones no están en lo que hacemos nosotros, sino en lo que pasa antes y después.
¿El problema? Esa información no siempre está disponible o clara.
Sin visibilidad real de la cadena, el cálculo se queda corto.
A muchas empresas esto les suena a ciencia ficción o les falta equipo para hacerlo bien.
¿Cómo lo resuelves sin crear otro lío? Con un enfoque práctico y herramientas que te ahorren trabajo.
Medir por medir no tiene sentido.
Esto va de traducir datos en decisiones que mejoran tu operación y tu competitividad.
No necesitas convertirte en experto en carbono, pero sí en entender tu impacto y cómo gestionarlo en un contexto de gobernanza sostenibles.
Esta norma no es una meta. Es el comienzo de una estrategia más inteligente de sostenibilidad empresarial.
Una que te permite cumplir, ahorrar y crecer con datos reales sobre la mesa.
Lo primero es saber qué vas a medir y en qué parte de tu operación.
Producto, servicio, unidad de negocio… delimítalo bien o acabarás con un Frankenstein de datos.
No todos los datos valen. Necesitamos información fiable, trazable y actualizada.
Y si ya los estás recopilando para otros informes ESG, mejor aún.
No se trata de inventar. Usa una metodología reconocida y que se pueda auditar si es necesario.
ISO 14067 ya te da el marco. Solo hay que seguirlo bien.
Medir una vez y olvidarse no sirve.
Hay que fijar métricas concretas, compararlas en el tiempo y ajustar cuando haga falta.
Esto va de mejorar, no de reportar por obligación.
Tener los datos no es suficiente. Hay que saber presentarlos de forma útil y clara.
Ya sea para normativas, clientes o inversores, tu información debe estar lista para moverse.
Y ahí es donde una solución como la nuestra marca la diferencia: no somos auditores, somos una herramienta para hacerte la vida más fácil.
No hace falta medirlo todo desde el día uno. Si tienes muchas referencias, lo más inteligente es empezar por los productos que generan más emisiones.
¿Cómo los identificas? Normalmente son los que más energía consumen, tienen procesos más intensivos o una cadena de suministro larga. También puedes fijarte en los más vendidos o los que van a mercados con más exigencias ambientales.
Antes de lanzarte a medir, mira qué información tienes disponible. ¿Tienes datos de consumo energético, proveedores, transporte? Perfecto. Eso ya es un primer paso.
No se trata de hacerlo perfecto, sino de avanzar con lo que tienes. Luego podrás afinar.
Medir y reducir la huella de carbono puede abrirte puertas: nuevos clientes, ahorro, reputación. Así que prioriza los productos que más te ayuden a conseguir esos resultados.
Cuando empiezas a medir, salen a la luz ineficiencias que no veías: rutas logísticas sin sentido, materiales innecesarios, procesos duplicados.
Y eso es bueno. Porque te permite arreglarlos y mejorar tu operación.
Ni tú ni tu equipo tenéis que convertiros en especialistas en carbono. Lo que sí necesitas es tener datos organizados y una solución que te lo ponga fácil.
Lo técnico ya está estandarizado. Lo importante es que los resultados sean útiles para tu negocio.
No hace falta rediseñar toda la empresa. A veces cambiar de proveedor, ajustar un embalaje o modificar una ruta logística ya reduce tu huella y tus costes.
Empieza por lo que puedes controlar y ve escalando desde ahí.
Una vez que tienes la medición, verás qué etapas del ciclo de vida generan más emisiones. ¿Producción? ¿Transporte? ¿Materia prima?
Ahí es donde debes concentrar tus esfuerzos. Porque si bajas esas emisiones, mejoras tu impacto y también tu eficiencia.
No hace falta prometer que vas a ser carbono neutro en seis meses. Mejor ponte objetivos claros y alcanzables:
Los resultados de la medición te sirven para hablar con hechos. No es marketing verde, son datos reales.
Y eso te hace creíble frente a clientes, inversores o reguladores. Porque puedes mostrar avances, no solo intenciones.
Uno de los fallos más frecuentes es querer medirlo todo sin un plan claro. ¿Resultado? Datos inútiles, tiempo perdido y un buen lío.
Empieza por delimitar bien el alcance del producto y su ciclo de vida. Cuanto más claro, más útil será la medición.
Otro error clásico es meter cualquier dato sin comprobar su origen. Si no son fiables o están desactualizados, la medición pierde valor real y puedes tomar decisiones equivocadas.
Solución: Establece un proceso para validar la información y actualízala con regularidad.
Hay quien mide por cumplir, y punto. Pero la ISO 14067 no es solo para el reporte. Es una herramienta estratégica para mejorar operaciones, ahorrar y diferenciarte. Si no usas los resultados, estás desperdiciando valor.
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La auditoría revisa si lo que declaras sobre tus emisiones coincide con los datos reales y la metodología aplicada.
Nada de maquillaje: los datos deben cuadrar y ser trazables.
No basta con decir “esto lo saqué de una web”. Hay que mostrar de dónde viene cada cifra, qué factor de emisión usaste y por qué.
Una auditoría te puede tirar abajo todo si no lo tienes documentado.
¿Cambiaste el alcance? ¿Excluiste algo del análisis? Todo debe estar explicado. Cuanto más transparente seas, más sólido es tu reporte.
Y si hay dudas, mejor resolverlas antes de que te las cuestione un auditor.
La resistencia viene cuando la gente no entiende por qué se hace algo. Antes de pedir datos o cambiar procesos, deja claro que medir la huella no es un capricho, sino una forma de mejorar el negocio.
No intentes hacerlo solo. Involucra desde el principio a compras, logística, producción. Ellos tienen los datos clave y te pueden ayudar a encontrar errores o mejoras.
Cuanto más sencillo sea el proceso, más fácil es que el equipo se sume. Usa una solución clara, automatiza lo que puedas y muestra cómo esos datos también les ayudan a ellos a trabajar mejor.
Las reglas del juego han cambiado. Hoy, muchas licitaciones —especialmente en sectores como construcción, alimentación o energía— ya piden información ambiental detallada.
Y si no la tienes, te quedas fuera.
Contar con una medición bajo ISO 14067 demuestra que tienes tus emisiones controladas, que sabes lo que haces y que puedes justificar cada dato.
Eso te coloca varios pasos por delante de empresas que todavía están improvisando o que solo tienen discursos vagos sobre sostenibilidad.
¿Resultado? Más posibilidades de ganar proyectos, menos papeleo de última hora y más confianza de quienes evalúan las ofertas.
El mercado europeo, por ejemplo, está subiendo el listón con normativas como el CBAM o la CSRD.
Y lo mismo pasa en países como Canadá, Corea del Sur o algunos estados de EE.UU.
¿Quieres vender ahí? Te van a pedir pruebas concretas de tu impacto ambiental por producto.
ISO 14067 es un idioma común: es técnica, es estandarizada, y es reconocida globalmente.
Si ya tienes tus productos medidos con esta norma, puedes responder rápido a estos requisitos, evitar bloqueos en aduanas o penalizaciones comerciales, y entrar con ventaja frente a competidores menos preparados.
Las grandes marcas no quieren riesgos reputacionales. Por eso, le están pidiendo cada vez más a sus proveedores datos sobre su huella de carbono y estrategias de reducción.
Si tú ya tienes eso medido con ISO 14067, les haces el trabajo más fácil.
No solo cumples, les das una razón más para elegirte, renovarte el contrato o incluso subirte de nivel como proveedor estratégico.
Por otro lado, si formas parte de empresas que cotizan en bolsa, contar con métricas claras de sostenibilidad te permitirá mejorar tu perfil ante inversores y mercados financieros, alineando tus objetivos con las expectativas de ESG.
Uno de los mayores beneficios de medir tu huella de carbono es que te deja claro qué materiales están generando más emisiones.
Y ahí es donde puedes innovar.
¿Qué pasa si reemplazas ese plástico virgen por uno reciclado? ¿O si usas madera certificada en lugar de opciones genéricas?
Estas decisiones, que antes eran casi estéticas o de marketing, hoy tienen un impacto directo en tus resultados ambientales y económicos.
Además, estos cambios también son valorados por clientes, certificadoras y reguladores.
Muchas veces el empaque representa una parte importante de la huella total del producto, sobre todo en sectores como alimentación, cosmética o consumo masivo.
Medir con ISO 14067 te permite identificar cuánto impacto tiene realmente ese envase que usas.
Y desde ahí, puedes rediseñarlo:
¿El resultado? Menos emisiones, menos costes en logística y una imagen más alineada con las expectativas del mercado.
Muchos productos generan la mayoría de sus emisiones durante su uso (como electrodomésticos o electrónicos). Otros, al final de su vida útil (como textiles o envases).
ISO 14067 te ayuda a ver eso con claridad.
Y si sabes dónde está el mayor impacto, puedes innovar justo ahí.
Desde hacer productos más duraderos o reparables, hasta incluir información para su correcta disposición o reciclaje.
Esto no solo reduce tu huella, sino que mejora tu propuesta de valor y tu reputación.
Es normal que al principio no tengas todo. Pero eso no significa que no puedas avanzar.
Hay bases de datos públicas, bibliografía científica, y fuentes de emisión promedio que te permiten hacer una primera estimación bastante sólida.
No se trata de hacer magia, sino de usar lo mejor disponible mientras construyes tu base de datos real.
Una estimación razonable hoy vale más que esperar dos años a tener el dato perfecto.
Muchas veces los datos que te faltan están en la cadena de suministro: energía usada por un proveedor, transporte desde una planta lejana, origen de ciertas materias primas.
Aquí no se trata de adivinar. Se trata de trabajar en conjunto.
Pide esa información, colabora con tus proveedores y, si es necesario, ayúdales a medir también.
Al principio puede costar un poco, pero a la larga vas a tener una red más sólida, más transparente y más alineada con tus objetivos de sostenibilidad.
No todo impacta igual. Algunos datos tienen un peso mínimo en el resultado final.
Otros son decisivos.
Por eso, si tienes que elegir, empieza por medir bien lo que genera más emisiones: energía, transporte, materiales principales.
Eso te dará una foto bastante precisa del impacto real, y te permitirá actuar sin perder tiempo en lo que apenas suma.
¿Tienes datos por todas partes? Con nosotros, eso se acabó.
Recopilas todo en un solo sitio y lo usas para cualquier normativa que necesites cumplir. Sin duplicar esfuerzos.
Desde la ISO 14067 hasta CSRD o SBTi. Una única fuente, múltiples usos.
Olvídate de hojas de cálculo infinitas y correos cruzados con proveedores.
Automatizamos tareas clave, reducimos errores humanos y te damos visibilidad total.
Así puedes centrarte en mejorar, no en perseguir datos.
Medir sin contexto no sirve. Reportar sin estrategia, tampoco.
Con Dcycle haces todo desde un solo lugar, con datos reales que conectan con tus objetivos de negocio.
Y no, no somos auditores ni consultores. Somos una solución diseñada para empresas como la tuya.
La ISO 14067 se centra en productos, no en operaciones generales.
Eso te permite conocer el impacto real de lo que vendes, con más detalle y precisión.
Necesitas información sobre materias primas, energía, transporte, procesos internos y uso del producto.
Cuanto más fiables y trazables sean esos datos, mejor será el cálculo.
No siempre es obligatorio, pero cada vez más clientes y normativas la piden.
Aplicarla te prepara para lo que viene y mejora tu posición en el mercado.
Depende del producto y de los datos que tengas disponibles.
Con una solución como la nuestra, puedes acortar el proceso y evitar bloqueos técnicos.
Sí. Una vez que tienes los datos de huella de producto, puedes reutilizarlos para EINF, CSRD, Taxonomía o SBTi.
Y eso es justo lo que hace que medir con cabeza valga la pena.
Carbon footprint calculation analyzes all emissions generated throughout a product’s life cycle, including raw material extraction, production, transportation, usage, and disposal.
The most recognized methodologies are:
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Some strategies require initial investment, but long-term benefits outweigh costs.
Investing in carbon reduction is not just an environmental action, it’s a smart business strategy.