
Los 7 puntos clave que debes conocer sobre el doble reporte de emisiones de alcance 2

Qué es el doble reporte de emisiones de alcance 2

Dcycle: la solución para convertir el doble reporte de emisiones en un proceso ágil y estratégico

Cómo funciona el doble reporte: enfoques y factores de emisión

Cómo simplificar el doble reporte de emisiones de alcance 2 con tecnología

Por qué Dcycle es la solución ideal para gestionar el doble reporte de emisiones de alcance 2

Preguntas frecuentes (FAQs)
Estos son los 7 puntos clave que debes conocer sobre el doble reporte de emisiones de alcance 2:
El doble reporte de emisiones de alcance 2 está marcando un antes y un después en la forma en que las empresas gestionan su información ambiental.
Esta práctica exige reportar las emisiones energéticas desde dos perspectivas distintas: una basada en la ubicación geográfica y otra en el mercado o tipo de energía contratada.
Con ello, las compañías logran una visión más precisa y transparente de su impacto real en la cadena energética.
Adaptarse a este modelo requiere datos fiables, trazabilidad y coherencia metodológica. Las organizaciones deben consolidar información procedente de diferentes centros, contratos y proveedores energéticos, aplicando factores de emisión actualizados y cumpliendo los criterios de calidad del GHG Protocol.
Gestionar este volumen de información de manera manual ya no es viable, y cada vez más empresas buscan soluciones que les permitan automatizar la captura y el cálculo de sus emisiones.
El doble reporte no es solo una obligación normativa, sino una palanca estratégica para la toma de decisiones sostenibles y competitivas.
Entenderlo y aplicarlo correctamente será clave para avanzar en cualquier estrategia ESG y sentar las bases de un cumplimiento sólido ante marcos como la CSRD o la Taxonomía Europea.
A continuación exploraremos cómo las empresas pueden simplificar este proceso, reducir errores y ganar eficiencia en la gestión de sus emisiones de alcance 2.
Comprenderlo a fondo es esencial para cumplir con los estándares internacionales y mantener una estrategia de sostenibilidad sólida basada en los criterios ESG.
Comprenderlo a fondo es esencial para cumplir con los estándares internacionales y mantener una estrategia de sostenibilidad sólida.
A continuación, compartimos los siete puntos clave que toda empresa debería tener claros para abordar este requisito con eficiencia y coherencia.
El doble reporte combina dos formas de cálculo: el método location-based, que se basa en la media de emisiones de la red eléctrica del país o región, y el método market-based, que tiene en cuenta los contratos energéticos y certificados de origen.
Usar ambos enfoques nos permite entender el impacto real de nuestras decisiones energéticas.
El GHG Protocol Corporate Standard exige a las organizaciones reportar ambos valores para ofrecer una imagen fiel y comparable de sus emisiones.
Cumplir con esta norma no solo evita errores en la comunicación, sino que demuestra rigor y trazabilidad en la gestión de datos ESG.
Gestionar correctamente el doble reporte implica recopilar datos precisos, validar fuentes y mantener consistencia metodológica.
En muchas empresas, la información procede de distintas filiales, proveedores o contratos energéticos, lo que hace necesario un enfoque automatizado y centralizado para evitar duplicidades y errores.
Contar con una plataforma que automatice la recogida, normalización y cálculo de los datos energéticos reduce el esfuerzo manual y aumenta la fiabilidad de los resultados.
Nosotros trabajamos para que la empresa disponga de una única fuente de verdad, preparada para generar informes que se adapten a cualquier estándar o marco regulatorio.
El doble reporte no debe verse solo como una obligación, sino como una palanca estratégica.
Permite analizar el peso real de la energía en la huella de carbono corporativa, identificar oportunidades de reducción y tomar decisiones basadas en datos para mejorar la competitividad y la eficiencia operativa.
Los resultados del doble reporte pueden integrarse directamente en distintos casos de uso ESG, como el EINF, la CSRD, la Taxonomía Europea o los objetivos SBTi.
La clave está en disponer de una estructura de datos flexible que permita distribuir la información según cada normativa o estándar sin rehacer cálculos ni duplicar esfuerzos.
El doble reporte de alcance 2 no es una tarea puntual, sino un proceso que debe actualizarse de forma continua.
Los factores de emisión, contratos energéticos y marcos regulatorios evolucionan, y las empresas necesitan mantener sus datos vivos para asegurar reportes precisos y coherentes a lo largo del tiempo.
En definitiva, comprender estos siete puntos es el primer paso para pasar de un enfoque reactivo a una gestión ESG proactiva y basada en datos.
Las compañías que sepan medir y reportar correctamente sus emisiones de alcance 2 estarán mejor preparadas para cumplir con las normativas, anticipar riesgos y fortalecer su posición competitiva.
El doble reporte de emisiones de alcance 2 hace referencia a la obligación de calcular y divulgar las emisiones indirectas de energía desde dos enfoques complementarios: el location-based y el market-based.
Esta práctica se estableció en el marco del GHG Protocol Corporate Standard, el estándar internacional más reconocido para la contabilidad de gases de efecto invernadero.
Su objetivo es que las empresas puedan ofrecer una visión más completa y transparente sobre el impacto de su consumo energético.
El Protocolo GHG define las emisiones de alcance 2 como aquellas asociadas a la electricidad, calefacción o refrigeración adquirida y consumida por una organización.
Aunque no se generan directamente en sus instalaciones, sí forman parte de su huella de carbono porque derivan de la energía necesaria para operar.
Hasta hace unos años, las empresas reportaban un único valor para estas emisiones, lo que limitaba la comparabilidad y no reflejaba con precisión las decisiones energéticas de cada entidad.
El doble reporte surge para solucionar esa falta de claridad, ofreciendo dos formas de análisis que permiten entender mejor el origen y la gestión de la energía utilizada.
El método location-based calcula las emisiones en función del promedio de la red eléctrica local o nacional.
Es decir, mide el impacto de acuerdo con la mezcla energética del país, independientemente del proveedor o contrato que tenga la empresa.
Este enfoque refleja la realidad física de la energía consumida, por lo que es clave para entender el impacto geográfico de las operaciones.
El método market-based, en cambio, se basa en la energía adquirida mediante contratos o certificados específicos.
Aquí se consideran los acuerdos que las empresas firman con sus proveedores, como contratos de suministro eléctrico o garantías de origen.
Este método busca reflejar el efecto de las decisiones de compra de energía y cómo contribuyen a reducir la intensidad de las emisiones en el tiempo.
Ambos enfoques son complementarios. El primero muestra el contexto energético del territorio y el segundo mide el esfuerzo contractual o de gestión de cada organización.
Juntos proporcionan una fotografía más precisa y coherente del impacto real de las actividades empresariales.
La actualización del GHG Protocol en 2015 introdujo la obligación de aplicar ambos métodos para el reporte de alcance 2.
Hasta ese momento, cada empresa interpretaba las compras de energía renovable de manera distinta, generando resultados poco comparables y sin criterios homogéneos.
Desde esa revisión, las organizaciones deben reportar dos cifras diferenciadas: una basada en el método location-based y otra según el market-based.
Además, se establecieron criterios de calidad específicos para los factores de emisión y para los instrumentos contractuales utilizados, con el fin de asegurar la coherencia y la transparencia de los datos comunicados.
Este cambio supuso un punto de inflexión.
Las empresas pasaron de centrarse en la estimación básica de consumos energéticos a requerir sistemas robustos de recopilación y normalización de datos.
Hoy, disponer de una fuente centralizada y trazable de información ESG es fundamental para responder con precisión a los marcos regulatorios como la CSRD, la Taxonomía Europea o los estándares de reporte financiero climático.
El doble reporte de emisiones de alcance 2 no es solo un ajuste técnico.
Es una evolución hacia una gestión más estratégica y basada en datos, donde medir con rigor la procedencia y el impacto de la energía se convierte en una pieza clave de la competitividad empresarial.
El doble reporte de emisiones de alcance 2 exige precisión, coherencia y una gestión continua de los datos.
En Dcycle creemos que cumplir con este requisito no debe ser una carga operativa, sino una oportunidad para estructurar la información ESG y convertirla en un activo estratégico para la empresa.
Somos una solución para empresas, no auditores ni consultores.
Nuestra plataforma centraliza toda la información ESG, energética, financiera y operativa, en un único entorno digital, permitiendo automatizar cálculos, normalizar factores de emisión y generar reportes alineados con los estándares del GHG Protocol, la CSRD o la Taxonomía Europea.
Gracias a esta estructura, las compañías pueden disponer de una única fuente de verdad para todos los casos de uso: desde informes EINF hasta objetivos SBTi o certificaciones ISO.
Esto elimina tareas repetitivas, reduce errores y garantiza que la información se mantenga actualizada y coherente en todos los reportes.
En Dcycle conectamos los sistemas empresariales, ERP, plataformas energéticas o data warehouses, con un modelo de datos ESG flexible y automatizado.
Esta integración nos permite sincronizar consumos, contratos y certificados energéticos en tiempo real, sin depender de procesos manuales o de hojas de cálculo.
Además, nuestra plataforma normaliza automáticamente los factores de emisión según el país, la fuente energética y el periodo de consumo, aplicando los criterios de calidad del GHG Protocol para asegurar la precisión y la trazabilidad.
Generar informes bajo la CSRD, la Taxonomía Europea o cualquier otro marco internacional deja de ser un proceso complejo.
Con Dcycle, las empresas pueden exportar sus reportes en formato XBRL o en el modelo requerido por cada regulador, manteniendo la coherencia de los datos y reduciendo significativamente el tiempo de preparación.
Nuestro propósito es que el doble reporte deje de ser un ejercicio reactivo y se convierta en una herramienta estratégica para la toma de decisiones.
Con una base de datos ESG unificada, las empresas pueden identificar riesgos, planificar inversiones y mejorar su desempeño operativo con información precisa y verificable.
En un mercado donde medir es sinónimo de competir, Dcycle ofrece una forma eficiente, automatizada y trazable de gestionar el doble reporte de emisiones de alcance 2.
Transformamos un proceso complejo en un flujo de trabajo ágil, transparente y perfectamente alineado con las exigencias regulatorias actuales y futuras.
El doble reporte de emisiones de alcance 2 no es una recomendación ni una tendencia pasajera.
Es un requisito normativo y operativo que cada vez más organizaciones están incorporando a su gestión ESG.
Su finalidad es garantizar que los datos energéticos y de emisiones se reporten con precisión, coherencia y trazabilidad, alineándose con los principales estándares internacionales.
El GHG Protocol Corporate Standard establece de forma explícita la obligación de calcular y reportar las emisiones de alcance 2 mediante los métodos location-based y market-based.
Este enfoque ha sido incorporado en los marcos regulatorios más recientes, como la CSRD y el estándar ESRS E1, que exigen a las empresas reportar información climática comparable y verificable.
En este contexto, medir correctamente el alcance 2 ya no es solo una cuestión de transparencia, sino de cumplimiento normativo.
Los organismos reguladores y las partes interesadas esperan que las compañías puedan demostrar cómo gestionan su energía y qué impacto tiene cada decisión en su huella total de carbono.
Cumplir con estas normas nos permite estar preparados ante revisiones, auditorías o procesos de verificación externos.
El doble reporte aporta coherencia y consistencia a la información corporativa, ya que permite observar el impacto energético desde dos perspectivas complementarias.
Gracias a ello, podemos diferenciar qué parte de la reducción de emisiones proviene de mejoras operativas reales y cuál se debe a decisiones de compra o contratación energética.
Esta distinción es clave para comunicar resultados con credibilidad y rigor.
Las empresas que disponen de datos trazables y comparables pueden explicar de forma clara sus avances, fijar objetivos realistas y mantener la confianza de clientes, inversores y reguladores.
En un entorno en el que la información ESG influye directamente en la reputación y el acceso a financiación, la transparencia se convierte en un factor competitivo.
Adoptar el doble reporte de alcance 2 también nos prepara para afrontar auditorías y procesos de revisión bajo estándares internacionales.
La CSRD, los ESRS y otras normativas globales requieren evidencias documentadas sobre cómo se han recopilado, calculado y verificado los datos de emisiones.
Contar con una base de datos ESG consolidada y normalizada simplifica enormemente estos procesos.
Nos permite exportar la información de forma inmediata en distintos formatos y adaptarla a los requerimientos de cada marco, sin necesidad de rehacer cálculos o reinterpretar cifras.
El doble reporte de emisiones de alcance 2 se basa en dos métodos de cálculo que aportan una visión complementaria de la energía consumida por una organización.
Ambos enfoques responden a los criterios del GHG Protocol y buscan representar tanto la realidad física de las emisiones como las decisiones estratégicas de compra de energía que cada empresa adopta.
Comprender cómo funcionan es clave para medir correctamente, evitar errores y generar información fiable que sirva para distintos marcos regulatorios.
El método location-based cuantifica las emisiones en función del promedio de la mezcla energética del sistema eléctrico donde operamos.
Este enfoque refleja el impacto real que tiene nuestra actividad sobre la red eléctrica, sin tener en cuenta los contratos o acuerdos de suministro que podamos tener con terceros.
En la práctica, se utilizan factores de emisión medios nacionales o regionales, definidos por agencias oficiales o inventarios de referencia.
Este método es esencial porque nos permite conocer el impacto físico del consumo energético tal y como se produce en el territorio.
Es la base sobre la que entendemos la dependencia de cada organización respecto a su entorno energético.
El método market-based calcula las emisiones en función de la energía contratada o adquirida por la empresa. En este caso, lo relevante no es el promedio del sistema eléctrico, sino los instrumentos contractuales que acreditan el origen o las características de la energía comprada.
Este enfoque permite reconocer los efectos de nuestras decisiones de compra y estrategia energética. Si una empresa contrata energía con bajas emisiones o dispone de acuerdos que certifican su origen, esa información se refleja en el cálculo.
El objetivo es representar el impacto del mercado energético y la capacidad de cada organización para influir en su huella a través de decisiones operativas o financieras.
Ambos métodos deben presentarse de forma conjunta para ofrecer una imagen completa y coherente.
El enfoque location-based muestra el contexto físico, mientras que el market-based evidencia la gestión energética y las políticas internas de contratación.
El GHG Protocol establece que los factores de emisión utilizados deben cumplir criterios de calidad que garanticen su coherencia y trazabilidad.
Estos factores determinan cuántas emisiones se generan por cada unidad de energía consumida y varían en función del país, la red eléctrica o la tecnología de generación.
Los criterios de calidad incluyen la transparencia de las fuentes, la actualidad de los datos, la coherencia metodológica y la verificabilidad.
En el enfoque market-based, además, se exige que los instrumentos contractuales sean específicos, exclusivos, transferibles y actualizados, evitando solapamientos o dobles contabilizaciones.
Trabajar con datos de baja calidad o sin verificar puede generar inconsistencias en los informes y restar credibilidad a los resultados.
Por eso, disponer de una base de datos ESG centralizada y normalizada es esencial para mantener la consistencia de los cálculos a lo largo del tiempo y adaptarlos a cada marco de reporte, desde la CSRD hasta los objetivos SBTi o las certificaciones ISO.
Dentro del enfoque market-based, el GHG Protocol reconoce distintos instrumentos contractuales que las empresas pueden utilizar para justificar el origen o el tipo de energía adquirida.
Entre los más habituales encontramos:
Estos instrumentos son la base sobre la que se construye el cálculo market-based.
El GHG Protocol exige que estén verificados, trazables y alineados con los criterios de calidad para poder ser incluidos en el reporte.
Aplicar el doble reporte de emisiones de alcance 2 de forma correcta no es solo una cuestión técnica o de cumplimiento.
Es una decisión estratégica que mejora la calidad de los datos, la capacidad de análisis y la preparación de la empresa ante cualquier marco regulatorio o auditoría.
Cuando gestionamos bien este proceso, los beneficios van mucho más allá de tener un informe limpio o una cifra exacta.
El primer gran beneficio es la fiabilidad de los datos. Al utilizar los enfoques location-based y market-based, obtenemos una visión completa del impacto energético real y contractual.
Esta doble perspectiva nos permite identificar con claridad las fuentes de emisión y comprender cómo influyen nuestras decisiones de compra en los resultados finales.
Trabajar con datos precisos nos da control y coherencia.
Podemos validar la información desde el origen y evitar errores en cálculos o duplicidades, lo que se traduce en reportes más sólidos y consistentes ante cualquier revisión externa o auditoría.
El doble reporte es ya un requisito en estándares internacionales como el GHG Protocol, la CSRD o el ESRS E1.
Cumplir con estas directrices garantiza que nuestros informes sean comparables, verificables y aceptados en todos los contextos regulatorios.
Implementarlo correctamente nos permite adelantarnos a futuras exigencias legales y simplificar la integración de la información en otros reportes, como el EINF, los objetivos SBTi o las certificaciones ISO.
No se trata de cumplir por obligación, sino de estar preparados para cualquier evolución normativa.
El doble reporte convierte los datos energéticos en una herramienta de análisis estratégico.
Al comparar los resultados de ambos métodos, podemos identificar qué parte del consumo depende de la red local y qué parte de nuestras decisiones contractuales.
Esa información nos ayuda a planificar mejor las inversiones, optimizar contratos y reducir riesgos financieros derivados de la volatilidad energética.
En definitiva, pasamos de medir por obligación a tomar decisiones basadas en datos concretos y actualizados.
La transparencia es uno de los valores más demandados en la comunicación empresarial. Un doble reporte bien estructurado aumenta la credibilidad y la trazabilidad de la información que compartimos con clientes, inversores o administraciones.
Cuando mostramos de forma clara el origen de los datos, los métodos utilizados y la calidad de las fuentes, transmitimos una imagen de madurez y responsabilidad en la gestión ESG.
Esa confianza se traduce en una mejor percepción del mercado y una ventaja competitiva frente a quienes aún no han estructurado sus procesos de medición.
Automatizar el doble reporte dentro de una plataforma centralizada permite reducir el tiempo y los recursos dedicados a recopilar, limpiar y revisar datos.
Con una metodología unificada, toda la información ESG queda disponible para reutilizarla en cualquier caso de uso sin necesidad de rehacer cálculos.
Implementar correctamente el doble reporte de emisiones de alcance 2 puede ser un proceso complejo si no se cuenta con una estructura de datos sólida.
Aunque el marco metodológico está claramente definido por el GHG Protocol, muchas empresas se encuentran con obstáculos a la hora de recopilar, integrar y mantener la coherencia de la información.
Identificar estos desafíos es el primer paso para resolverlos de forma eficiente.
Uno de los principales problemas es que los datos energéticos y financieros suelen estar distribuidos en múltiples sistemas y formatos.
Los consumos eléctricos, los contratos de compra, las facturas o los certificados se almacenan en distintas áreas de la organización, dificultando una recopilación coherente y actualizada.
Sin trazabilidad, resulta imposible garantizar que los valores reportados reflejen la realidad operativa.
Por eso es fundamental contar con una plataforma capaz de centralizar y sincronizar la información en tiempo real, reduciendo la dependencia de hojas de cálculo o procesos manuales.
Aplicar de forma correcta los enfoques location-based y market-based requiere manejar diferentes factores de emisión, reglas metodológicas y criterios de calidad.
En muchos casos, los datos de la red eléctrica o los certificados energéticos no están actualizados o no cumplen los requisitos establecidos por el GHG Protocol.
Esto provoca inconsistencias y dificulta la comparabilidad entre ejercicios.
Automatizar la actualización de factores de emisión y mantener un histórico verificable se convierte en un elemento clave para asegurar la fiabilidad del doble reporte.
Otro desafío frecuente es la falta de integración entre los sistemas de sostenibilidad, contabilidad y gestión energética.
Sin una conexión fluida entre estas fuentes, los cálculos de emisiones pierden precisión y los informes requieren múltiples revisiones manuales.
Integrar los datos desde el origen nos permite cruzar consumos energéticos con indicadores financieros o métricas ESG, generando una visión unificada.
De esta forma, los resultados no solo cumplen con las exigencias regulatorias, sino que también sirven para la toma de decisiones estratégicas y presupuestarias.
Cada normativa (CSRD, ESRS, Taxonomía Europea, SBTi, ISO) exige reportes con formatos y métricas específicas.
Elaborarlos manualmente implica dedicar semanas a reestructurar la información, lo que retrasa las entregas y aumenta el riesgo de errores.
Para evitarlo, necesitamos estructuras de datos modulares y adaptables que permitan transformar los mismos valores en distintos formatos sin duplicar esfuerzos.
Una gestión ESG bien digitalizada no se limita a cumplir con una sola normativa, sino que prepara a la empresa para cualquier marco de divulgación presente o futuro.
Superar estos desafíos es posible si adoptamos un enfoque digital e integrado.
La tecnología permite automatizar la recopilación de datos, normalizar los cálculos y generar informes alineados con los estándares internacionales, reduciendo los tiempos y aumentando la fiabilidad.
La automatización es la clave para eliminar tareas manuales y minimizar errores.
Un sistema bien diseñado extrae los datos de fuentes internas y externas, los clasifica por tipo de energía y los vincula a las métricas de alcance 2.
Así podemos disponer de información siempre actualizada y lista para su análisis.
Cuando conectamos las áreas de finanzas, energía y sostenibilidad, obtenemos una única versión del dato.
Esa integración permite calcular automáticamente las emisiones asociadas a cada centro, contrato o cuenta contable, y disponer de una trazabilidad completa sin depender de archivos dispersos o correos internos.
La tecnología también facilita la normalización automática de factores de emisión según el país, la fuente energética o el periodo de consumo.
Esto garantiza que los cálculos sigan los criterios del GHG Protocol y que los resultados sean consistentes año tras año.
Además, permite adaptar la información a distintos formatos de reporte sin necesidad de rehacer el proceso.
Una vez que los datos están centralizados y normalizados, la generación de informes se convierte en una tarea inmediata.
Podemos exportar la información directamente a los modelos exigidos por la CSRD, la Taxonomía Europea o los estándares del GHG Protocol, sin duplicar esfuerzos ni alterar los cálculos base.
Gestionar correctamente el doble reporte de emisiones de alcance 2 requiere disponer de datos precisos, trazables y actualizados.
En muchas empresas, esa información se encuentra dispersa entre distintos sistemas, lo que complica el cumplimiento normativo y retrasa la generación de informes.
Nuestra plataforma actúa como un hub de datos ESG donde se integran las fuentes energéticas, financieras y operativas.
Esto permite eliminar silos de información y mantener un control total sobre los consumos, contratos y factores de emisión necesarios para calcular el alcance 2.
Desde un mismo entorno, podemos visualizar los resultados, revisar metodologías y generar reportes con un nivel de detalle adaptado a cada necesidad.
Todo ello sin recurrir a hojas de cálculo, sin duplicar información y garantizando la coherencia entre los distintos informes.
Dcycle permite gestionar el cumplimiento de la CSRD y los estándares ESRS desde un único flujo de trabajo.
A diferencia de otras herramientas fragmentadas, ofrecemos un proceso end-to-end que cubre la recopilación, el cálculo, la verificación y la exportación final en formato XBRL, listo para su envío a los reguladores o auditores externos.
Esto nos permite asegurar que cada indicador de emisiones, incluidos los del doble reporte de alcance 2, esté alineado con los requerimientos del GHG Protocol y las obligaciones derivadas de la normativa europea.
En la práctica, facilitamos que los equipos técnicos y financieros trabajen sobre los mismos datos sin inconsistencias ni retrabajos.
Sabemos que la calidad del dato depende de su origen.
Por eso, Dcycle se integra fácilmente con ERP, data warehouses, plataformas energéticas o sistemas en la nube, permitiendo importar datos de consumo, contratos eléctricos o factores de emisión de manera automatizada.
Esta conectividad nos permite sincronizar la información en tiempo real, mantener un registro completo de los cambios y asegurar que los cálculos del doble reporte estén siempre basados en datos actualizados y verificados.
Además, la integración con entornos empresariales existentes evita la necesidad de cambiar sistemas o herramientas.
En lugar de añadir complejidad, Dcycle se adapta al ecosistema tecnológico de cada organización.
En Dcycle, no somos auditores ni consultores, somos una solución para empresas que buscan una forma ágil y escalable de gestionar su información ESG.
Recopilamos todos los datos en una sola fuente de verdad y los distribuimos automáticamente según el caso de uso: EINF, CSRD, SBTi, Taxonomía Europea, ISOs u otros estándares que puedan requerirse.
Esto permite a las organizaciones aprovechar un mismo conjunto de datos para múltiples objetivos, sin tener que repetir procesos ni crear informes independientes para cada normativa.
Con un único modelo de información, conseguimos coherencia, ahorro de tiempo y eficiencia operativa.
El resultado es una gestión del doble reporte de emisiones de alcance 2 más precisa, automatizada y alineada con las exigencias regulatorias actuales, pero también preparada para los marcos de sostenibilidad del futuro.
Dcycle convierte la complejidad del reporting ESG en un proceso fluido y controlado, donde la medición deja de ser una carga administrativa para convertirse en una palanca estratégica de competitividad y transparencia empresarial.
El doble reporte de emisiones de alcance 2 consiste en calcular y divulgar las emisiones indirectas derivadas del consumo de energía desde dos perspectivas complementarias.
Por un lado, el método location-based mide el impacto real de la red eléctrica donde operamos.
Por otro, el método market-based tiene en cuenta los contratos o certificados energéticos que respaldan nuestras decisiones de compra.
Ambos enfoques son necesarios para obtener una visión completa del consumo energético de la empresa y cumplir con los estándares internacionales de reporte definidos por el GHG Protocol.
El enfoque location-based calcula las emisiones según la mezcla media de generación eléctrica del país o región, sin importar quién sea el proveedor de energía.
Este método representa la realidad física del sistema eléctrico en el que operamos.
El enfoque market-based, en cambio, se basa en los acuerdos contractuales y certificados energéticos que la empresa posee, como PPAs o garantías de origen.
Este enfoque refleja cómo nuestras decisiones de compra influyen en las emisiones reportadas y en la estrategia energética global.
Ambos métodos deben reportarse de forma simultánea para cumplir con las normas del GHG Protocol y con los marcos regulatorios más recientes, como la CSRD o el ESRS E1.
Sí. El GHG Protocol Corporate Standard establece la obligación de publicar dos valores de emisiones de alcance 2: uno location-based y otro market-based.
Esta práctica es ahora también un requisito dentro de la CSRD y de los estándares ESRS, que exigen a las empresas reportar datos comparables y verificables.
Realizar el doble reporte no solo garantiza el cumplimiento normativo, sino que también demuestra coherencia, trazabilidad y transparencia en la gestión de la información ESG.
En el método location-based, se emplean los factores de emisión medios del sistema eléctrico del país o región, publicados por organismos oficiales o agencias estadísticas.
En el método market-based, se deben aplicar factores de emisión específicos vinculados a los contratos energéticos, certificados de origen o acuerdos con proveedores.
El GHG Protocol define criterios de calidad para garantizar que esos datos sean actuales, verificables y coherentes.
Contar con una fuente de datos centralizada y actualizada es fundamental para aplicar correctamente ambos métodos sin inconsistencias.
En Dcycle no somos auditores ni consultores, somos una solución para empresas que necesitan gestionar sus datos ESG de forma automatizada y precisa.
Nuestra plataforma centraliza toda la información energética, financiera y operativa, vinculando los consumos con los factores de emisión correspondientes a cada enfoque.
De este modo, el cálculo del doble reporte de emisiones de alcance 2 se realiza de forma automática y trazable, eliminando tareas manuales y reduciendo el riesgo de errores. Además, los resultados pueden exportarse directamente en formatos compatibles con la CSRD, la Taxonomía Europea o el GHG Protocol, facilitando el cumplimiento normativo y ahorrando tiempo a los equipos de sostenibilidad y finanzas.
Con una estructura de datos unificada, podemos reutilizar la misma información ESG en cualquier otro caso de uso, EINF, SBTi, ISOs o planes de descarbonización, sin duplicar trabajo ni perder coherencia entre los distintos reportes.

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